El sector de la aviación de la Unión Europea (UE) se está preparando para desplegar aviones eléctricos y de hidrógeno, que según los fabricantes llegarán al mercado en 2035. Si bien no necesiten grandes cambios de infraestructura para recargarse, la producción, transporte y almacenamiento de hidrógeno plantean un reto más importante.
Según publicación de Euractiv, el hidrógeno debe mantenerse a temperaturas extremadamente bajas para permanecer en forma líquida: alrededor de -252 grados Celsius. También es más voluminoso que el querosén, lo que significa que serán necesarias grandes instalaciones de almacenamiento.
En el caso de los aviones eléctricos, la propuesta de recarga es más sencilla: Además de las conexiones de carga eléctrica, los aeropuertos probablemente almacenarán las baterías in situ, lo que permitirá a las aerolíneas cambiar la batería gastada por otra cargada de inmediato, acortando el tiempo de entrega.
Estas necesidades de almacenamiento se suman a la capacidad necesaria para almacenar querosén y los combustibles ecológicos para aviones exigidos por la UE, que seguirán utilizándose al menos hasta 2050. Se prevé que el costo total de la renovación de los aeropuertos de todo el bloque ascienda a miles de millones.
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Nuevos planes
Los legisladores de la UE se han mostrado reticentes a la hora de proponer objetivos vinculantes en materia de hidrógeno e instalaciones de carga eléctrica para los aeropuertos, dada la falta de certeza sobre el desarrollo de la tecnología. En su lugar, han dejado que los Estados miembros desarrollen sus propios planes de infraestructuras para una aviación limpia.
El grupo de presión de las aerolíneas, A4E, ha propuesto la idea de utilizar los fondos del Mecanismo «Conectar Europa» de la UE, que apoya las conexiones de transporte transfronterizas en el bloque.
Mientras que los aeropuertos son candidatos obvios a realizar los gastos de capital necesarios, las compañías de aviación presionan para que haya una mayor supervisión reglamentaria de las inversiones, ya que temen que las tasas aeroportuarias aumenten considerablemente.
En la actualidad, los operadores aéreos pagan por utilizar los aeropuertos a través de las tasas de despegue y aterrizaje, reguladas por la directiva sobre tasas aeroportuarias de la UE, pero una costosa mejora de las infraestructuras aumentará inevitablemente los costos, ya que el aeropuerto trata de recuperar su inversión.
«La directiva sobre tasas aeroportuarias, en su forma actual, no es lo suficientemente rigurosa como para garantizar que estas inversiones se examinen, dimensionen y calculen adecuadamente. Y se podría llegar a una situación en la que se repercutieran grandes costos a las aerolíneas y, por extensión, a los pasajeros a través de las tasas aeroportuarias», dijo un portavoz de A4E a Euractiv.
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Redacción | Antonio Vilela