CPFL Energia anunció una asociación con Mizu Cimentos, parte del grupo Polimix, para establecer una planta de hidrógeno verde en Rio Grande do Norte, que, además de contribuir a los estudios de mejora tecnológica y maduración del mercado del vector, permitirá evaluar su aplicación en el proceso de producción de cemento.
La asociación, oficializada en un evento celebrado en el Palacio de Gobierno de Rio Grande do Norte, da continuidad al compromiso asumido por CPFL en noviembre de 2023. }
En aquella ocasión, la empresa firmó un memorando de entendimiento (MoU) con el gobierno del estado para explorar las posibilidades de desarrollo del hidrógeno verde y sus potenciales aplicaciones en el sector eléctrico, en línea con el objetivo de la empresa de invertir en soluciones innovadoras para la transición energética.
«La asociación con Mizu Cimentos – Polimix Organisation es un paso más para contribuir al desarrollo de nuevas tecnologías relevantes para el sector eléctrico y avanzar en la descarbonización de la matriz energética, de acuerdo con las directrices del Plan ESG 2030 de la compañía», afirmó Bruno Monte, director de estrategia e innovación de CPFL Energia.
«Este plan incluye, entre otras acciones, una inversión de cerca de 44 millones de reales en la tecnología del hidrógeno verde, un importante aliado en el proceso de transición energética global», agregó el ejecutivo.
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Detalles del proyecto
El proyecto, desarrollado por el departamento de innovación de CPFL Energia y financiado por el Programa de Investigación, Desarrollo e Innovación de ANEEL (Agencia Nacional de Energía Eléctrica), consiste en la implantación de una planta piloto de producción de hidrógeno verde a partir de energías renovables para alimentar un electrolizador.
El hidrógeno producido se utilizará en el proceso de producción de la fábrica de Mizu Cimentos en Barauna, Rio Grande do Norte. Además de la producción, la asociación también contribuirá a los estudios de mercado y a la regulación del vector energético del hidrógeno.
Por otra parte, contribuirá a la fabricación de cemento con el menor impacto ambiental posible, y entre los beneficios esperados están la identificación de oportunidades de mercado, nuevos desarrollos y la formación de profesionales para el sector.
Está previsto que la planta de hidrógeno empiece a funcionar en 2027, tras lo cual se llevará a cabo un periodo de seguimiento de seis meses para medir el impacto real del hidrógeno verde en la reducción de las emisiones de CO2, que podrían alcanzar las 12,5 toneladas anuales.
El proyecto está enmarcado en el compromiso de CPFL de ser neutra en carbono a partir de 2025, y planea reducir sus emisiones totales en 56% para 2030, tomando como base los niveles de 2021.