Con el creciente interés en descarbonizar las operaciones del sector de refinación en Brasil, Leon Melli, director de ventas de Honeywell para América Latina, afirma que existe una importante oportunidad para que el país optimice el uso de las refinerías existentes y reduzca las emisiones incluso antes de la llegada del hidrógeno bajo en carbono al mercado.
En una entrevista a eixos durante el ROG.e 2024 (antes Rio Oil & Gas), Melli señaló que el uso eficiente del hidrógeno gris en las refinerías podría ser una estrategia viable para aumentar la competitividad y reducir la huella de carbono de las operaciones ya existentes.
La mayor parte de la producción de hidrógeno en Brasil procede del reformado al vapor del gas natural (hidrógeno gris) y se consume principalmente en refinerías.
Según él, alrededor del 20% de las emisiones de una refinería proceden de las unidades de generación de hidrógeno, y es posible adoptar tecnologías que pueden mejorar la eficiencia hasta en 25%, reduciendo significativamente las emisiones de la producción y el consumo de combustibles fósiles.
«Antes de realizar inversiones a gran escala en hidrógeno verde o azul, debemos aprovechar al máximo el hidrógeno gris que ya se produce», afirma.
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Optimización y readaptación
A pesar de los avances mundiales en proyectos de biocombustibles, como el combustible de aviación sostenible (SAF) y el gasóleo renovable, el representante de Honeywell subraya que los combustibles fósiles seguirán desempeñando un papel central en la matriz energética de Brasil hasta al menos 2050.
En este contexto, la optimización y readaptación de las operaciones de refino para reducir las emisiones se considera una medida económicamente viable para garantizar la sostenibilidad del sector.
«Tenemos que cuidar bien y cada vez mejor el parque instalado de producción de combustibles fósiles, en refinación, petroquímica, gas natural y, al mismo tiempo, incentivar el desarrollo de una nueva industria para la producción de biocombustibles avanzados, con la producción de SAF, con la producción de HVO», dijo el director.
Melli recordó que Brasil y América Latina son actualmente importadores de derivados del petróleo como diesel, gasolina y parafina de aviación, y que con la disminución de la demanda de combustibles fósiles en Estados Unidos, la tendencia es que haya cada vez más presión para importar estos fósiles del mercado norteamericano.
«La forma en que hemos logrado protegernos de este movimiento en la región es tener una planta robusta desde el punto de vista de la eficiencia de los procesos. Así que varias de estas reconversiones tienen como objetivo reducir las emisiones de carbono asociadas a esta producción».
Honeywell en Brasil
Honeywell participa directamente en dos de los tres proyectos SAF anunciados en Brasil: el de Acelen en la refinería de Mataripe, en Bahía, y el de Petrobras en la refinería de Cubatão, en São Paulo.
Estos proyectos, que juntos producirán alrededor de 37.000 barriles de SAF al día, representan aproximadamente el 35% de la demanda actual de parafina de aviación en Brasil.
«Con la puesta en marcha de estos proyectos, prevista para 2027, Brasil ya tendrá capacidad para satisfacer un tercio de la demanda de parafina de aviación con combustibles renovables», afirmó.
Melli señala que Brasil, a diferencia de Estados Unidos, donde programas como la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) ofrecen miles de millones en incentivos financieros, basa su política de biocombustibles en mandatos.
El director de Honeywell cree que serán necesarios objetivos más agresivos si Brasil quiere competir globalmente e impulsar el mercado de combustibles avanzados.
«Ya tenemos proyectos que nos permitirán, en pocos años, abastecer el 35% de la demanda de parafina de aviación con SAF. La legislación actual necesitará cifras más agresivas para que estos mandatos puedan funcionar efectivamente para impulsar la demanda», concluyó Melli.