El hidrógeno verde ha emergido como uno de los pilares en la transición hacia un modelo energético sostenible, producido a partir de fuentes renovables (energía solar y eólica mediante la electrólisis del agua), va en camino a revolucionar los sectores de la industria pesada, transporte de larga distancia y generación de energía.
A diferencia del hidrógeno convencional, generado a partir de combustibles fósiles y responsable de emisiones significativas de dióxido de carbono, el hidrógeno verde no genera emisiones de gases de efecto invernadero durante su producción.
De esta forma, figura como aliado estratégico para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a 1.5 °C. Además, tiene la capacidad de almacenar energía renovable en grandes cantidades y por largos períodos.
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Retos y oportunidades del hidrógeno verde
Aunque su potencial es inmenso, el desarrollo del hidrógeno verde enfrenta desafíos. Los altos costos de producción, derivados del precio de la electrólisis y de las energías renovables, son actualmente una barrera.
Sin embargo, la inversión en investigación, la expansión de infraestructuras y los incentivos gubernamentales están acelerando su adopción. Países de todo el mundo ya están tomando medidas para liderar esta transición.
La Unión Europea, Japón y Australia, entre otros, han lanzado estrategias de hidrógeno verde, fomentando la innovación y estableciendo alianzas internacionales para garantizar un suministro global competitivo.