En Chile, la región de Magallanes está en camino de convertirse en un centro estratégico para la producción de hidrógeno verde en América Latina, con dos megaproyectos en evaluación ambiental que buscan transformar su territorio en un polo industrial de energías limpias.
Estas iniciativas, que representan inversiones multimillonarias, han despertado tanto expectativas económicas como preocupaciones ambientales entre las comunidades locales.
El primero de estos proyectos, liderado por HNH Energy, contempla una inversión de 11.000 millones de dólares y la instalación de un parque eólico con casi 200 aerogeneradores en las llanuras de San Gregorio.
Este proyecto ingresó a evaluación ambiental a mediados de 2024 y sorprendió por su escala, convirtiéndose en el más grande en evaluación en Chile hasta ese momento.
En mayo de 2025, un segundo proyecto aún más ambicioso fue presentado para evaluación en la misma comuna. H2 Magallanes, impulsado por TotalEnergies, propone una inversión récord de 16.000 millones de dólares y la construcción de un parque eólico con 616 aerogeneradores, además de varias infraestructuras destinadas a la producción y exportación de hidrógeno verde.
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Estiman impacto ambiental
El desarrollo de estos proyectos responde a la creciente demanda de hidrógeno verde como alternativa para la transición energética global. Sin embargo, el impacto ambiental de su producción a gran escala ha generado inquietudes entre grupos ambientalistas y comunidades locales.
Organizaciones de la zona han formado un panel ciudadano del hidrógeno verde para difundir información sobre los proyectos y fomentar la participación comunitaria en el proceso de toma de decisiones.
En sus informes, han señalado que el aumento del tráfico marítimo asociado a la exportación de hidrógeno podría afectar la fauna marina, incrementando el riesgo de colisiones con ballenas.
Además, la instalación masiva de aerogeneradores representa una amenaza para especies en peligro de extinción, como el canquén colorado, debido al riesgo de colisión con las turbinas.
El gobierno chileno y las empresas involucradas han defendido los proyectos, argumentando que Magallanes cuenta con condiciones geográficas excepcionales para la producción de hidrógeno verde, gracias a sus fuertes vientos y su ubicación estratégica.
No obstante, los grupos ambientalistas insisten en la necesidad de establecer medidas de mitigación efectivas y garantizar un desarrollo sostenible que no comprometa los ecosistemas locales.
El futuro de Magallanes como polo de hidrógeno verde dependerá de la evolución de estos proyectos y de la capacidad de las autoridades para equilibrar el desarrollo industrial con la protección ambiental.