Un grupo de investigadores de la Universidad de Stavanger, en el suroeste de Noruega, ha trabajado en el desarrollo de un método para utilizar hidrógeno puro como combustible en turbinas de gas.
El objetivo es producir electricidad con cero emisiones de dióxido de carbono, y a mediados de mayo de este año alcanzaron un hito importante: empezaron a hacer funcionar la turbina con un 100% de hidrógeno, y han demostrado que pueden utilizar la infraestructura de gas natural existente.
Las turbinas de gas se encuentran en aviones, trenes, barcos, generadores, bombas, compresores y distintos lugares, y pueden funcionar con diversos tipos de combustible.
La Universidad de Stavanger explota una microplanta de gas que produce tanto calor como electricidad y suministra agua caliente para calentar los edificios de los laboratorios de la zona. Además, el excedente de energía se suministra a las redes de calefacción y electricidad del distrito de Lyse.
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Reacciones y retos
«Hemos establecido un récord mundial en la combustión de hidrógeno en microturbinas de gas. Nadie había sido capaz de producir a este nivel», afirma el profesor Mohsen Assadi, quien dirige la investigación, acompañado de la becaria Reyhaneh Banihabib, y los ingenieros Magnus Wersland y Bjarte Hetlelid del instituto de investigación NORCE).
Assadi explica que la investigación incluye tanto al almacenamiento como a la distribución del gas combustible. «La eficiencia del funcionamiento de la turbina de gas con hidrógeno será algo menor, pero la gran ventaja es poder utilizar la infraestructura que ya existe. Además, no hay emisiones de CO2 asociadas a esta producción de energía».
«En primer lugar, se requiere un cierto esfuerzo para garantizar que la infraestructura de gas existente pueda manejar el hidrógeno en lugar del gas natural. Segundo, se trata de la tecnología para la conversión de la energía, es decir, la propia tecnología de la turbina. En eso nos hemos centrado. Hemos contribuido a adaptar tecnológicamente el sistema de combustible y la tecnología de la cámara de combustión«, afirma Assadi.
Su equipo de investigación estudiará ahora las limitaciones de la planta de gas y averiguará cómo puede aumentar la capacidad para producir la mayor cantidad posible de energía limpia, como también convertir su hallazgo en un sistema de conversión que se pueda aplicar de manera sencilla en otras infraestructuras que dependen de combustibles fósiles.
La microplanta de gas es una colaboración con el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), que han proporcionado la cámara de combustión que ha permitido realizar las pruebas.
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Redacción | Antonio Vilela