Destinus alcanzó un hito importante al encender y poner en marcha con éxito su motor turborreactor de gas hidrógeno (GH2) durante una sesión de prueba en abril de 2024, en sus instalaciones de Payerne, Suiza, que marca un paso crucial hacia adelante para el proyecto de su avión hipersónico, Destinus.
La prueba arrojó datos, validó los modelos de sistemas de alimentación y combustión, las estrategias de instrumentación, y el proceso de diseño y fabricación de inyectores utilizando aleaciones impresas en 3D.
El motor demostró una estabilidad sólida, disparando repetidamente con consistencia y precisión, alineándose estrechamente con las expectativas establecidas por las herramientas computacionales internas.
La siguiente fase implica aumentar la velocidad del motor, apuntando al ralentí (aproximadamente el 50% de la velocidad máxima del motor) y a la potencia máxima de
despegue.
También te puede interesar: Airbus, Delta y Plug Power estudian viabilidad de un centro de hidrógeno en el aeropuerto más transitado del mundo
Innovación aeroespacial
Estas pruebas son integrales para validar las tecnologías desarrolladas y comprender el comportamiento del sistema con hidrógeno como combustible, tanto desde la perspectiva del sistema de combustión como de alimentación.
Esta información será crucial para el desarrollo de sistemas y pruebas relacionados, como aquellos que involucran LH2 (hidrógeno líquido) criogénico o un postquemador dedicado impulsado por hidrógeno diseñado para el demostrador Destinus-3.
«Gracias al arduo trabajo y la experiencia de nuestros equipos, estamos logrando lo que se habría considerado impensable o inviable no hace mucho tiempo. Creemos que el futuro de la innovación aeroespacial está en marcha y debemos desempeñar nuestro papel», afirmó Mikhail Kokorich, fundador y director ejecutivo de Destinus.
«Cada nuevo desafío técnico que enfrentamos es un paso más hacia el vuelo hipersónico libre de carbono que imaginamos desde el principio», agregó Kokorich.