La Empresa de Pesquisa Energética (EPE) presentó recientemente un estudio que muestra que Brasil tiene potencial para recibir inversiones anuales de cerca de R$ 2 billones hasta 2050 en proyectos de captura, almacenamiento y utilización de carbono (CCS, por sus siglas en inglés).
El estudio «Captura, Almacenamiento y Utilización de Carbono en Brasil: Contribuciones para la Selección de Áreas de Interés» señala que la actividad es un elemento clave para la neutralidad climática, combinada con la producción de hidrógeno bajo en carbono, e incluso para las emisiones netas negativas, cuando se asocia con la producción de etanol.
En la evaluación de la EPE, el CCS tiene que formar parte de la estrategia de planificación energética de Brasil. Entre los principales interesados están las industrias de energía, cemento, acero y biocombustibles, con la mayor concentración en el Sudeste (52%), seguido del Nordeste (19%), Centro-Oeste (15%), Sur (10%) y Norte (4%).
«El almacenamiento geológico de carbono es esencial para reducir las emisiones en sectores en los que la descarbonización aún es inviable, como el cemento, el acero, el hierro y la petroquímica», explicó Nathália Castro, investigadora de la EPE, en nota publicada por epbr.
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Datos del estudio
El estudio identificó áreas geológicamente favorables para el almacenamiento de carbono en todo Brasil, con énfasis en las regiones de Campos, Santos, Sergipe-Alagoas, Recôncavo y Tucano Sul, cuando se trata de yacimientos agotados de petróleo y gas. Además de la cuenca de São Francisco.
Sin embargo, señala la falta de información detallada sobre los yacimientos salinos, que no se incluyeron en el estudio.
La investigación también destacó la importancia de las regiones Sur y Centro-Oeste de Brasil, especialmente cuando están asociadas al sector de la bioenergía, en la implantación de la tecnología BECCS (Sistemas de Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono).
Castro recordó el potencial de las cuencas de Parnaíba (Maranhão) y Paraná (de Mato Grosso a Paraná), que podría ser aún mayor en las próximas actualizaciones del estudio, a partir de las diversas prospecciones sobre mineralización de CO2 que están en curso.
Por otra parte, EPE indicó que la demanda nacional de derivados del petróleo aumentará a más de 3 millones de barriles diarios en 2050 en todas las trayectorias evaluadas.
«Si Brasil opta por dejar de explotar nuevas reservas de petróleo y gas, las pérdidas entre 2032 y 2055 podrían alcanzar los 3,7 billones de reales en ingresos por impuestos (824.000 millones de reales) y royalties (2,91 billones de reales), con una reducción de 167.400 millones de reales en el Fondo Social del Presal entre 2024 y 2055″, indicó.
Además, EPE dijo que el país podría dejar de percibir cerca de cinco billones de reales entre 2031 y 2050 procedentes de recursos no descubiertos.
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