La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) considera que el sector de los electrolizadores está cobrando impulso, con un aumento de la capacidad de fabricación en todo el mundo, pero ha pedido un mayor apoyo político para poner en marcha los proyectos de hidrógeno en su informe Global Hydrogen Review 2022,publicadoa fines de la semana pasada.
La IEA señala que la capacidad de fabricación de electrolizadores a nivel mundial se multiplicará por seis de aquí a 2025, hasta alcanzar los 50 GW/año, e indica también sobre la proliferación de proyectos piloto en nuevas aplicaciones como el acero y el transporte. Sin embargo, estos ámbitos representan una pequeña parte del panorama del hidrógeno.
La producción de hidrógeno «de bajas emisiones» en 2021 fue de menos de 1 millón de toneladas, la mayoría derivadas de combustibles fósiles con plantas que utilizan instalaciones de captura de carbono, en contraste con la demanda global de hidrógeno de 94 millones de toneladas en 2021.
La EIA estimó que la demanda de hidrógeno podría alcanzar los 115 millones de tm/año en 2030, llegando a los 130 millones de tm/año si los gobiernos cumplen plenamente con los compromisos climáticos actuales, con más de una cuarta parte procedente de fuentes bajas en carbono.
«Cada vez hay más indicios de que el hidrógeno será un elemento importante de la transición hacia un sistema energético asequible, seguro y limpio, pero todavía se necesitan grandes avances en la tecnología, la regulación y la demanda para que desarrolle todo su potencial», dijo el director ejecutivo de la IEA, Fatih Birol, en el comunicado.
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Aumentar la viabilidad
La IEA señaló que la cartera de proyectos de hidrógeno con bajas emisiones de carbono seguía creciendo, pero dijo que solo el 4% de los proyectos estaban en construcción o habían tomado decisiones finales de inversión.
Si todos los proyectos fructifican, la producción de hidrógeno con bajas emisiones de carbono podría alcanzar entre 16 y 24 millones de toneladas al año en 2030, según la IEA, y más de la mitad provendría de la electrólisis alimentada por energías renovables. Esto supondría unos 134-240 GW de capacidad mundial de electrólisis, frente a los 500 MW de 2021.
Sin embargo, se necesitarían 34 millones de tm/año de producción de hidrógeno para 2030 para alcanzar los compromisos de los gobiernos, que se elevarían a 100 millones de tm/año para 2030 si el mundo quiere reducir las emisiones de CO2 a cero para 2050, según la IEA.
La demanda de nuevas aplicaciones de hidrógeno aumentó 60% en 2021, pero solo representó 40.000 toneladas. La organización también señaló que la falta de creación de demanda podría dificultar las decisiones finales de inversión, y pidió a los gobiernos que pasen de los anuncios de políticas a su aplicación.
La agencia dijo que los gobiernos podrían reducir el riesgo y aumentar la viabilidad económica de los proyectos de hidrógeno con bajas emisiones de carbono de varias maneras. Entre ellas, la creación de una demanda a través de subastas, mandatos y contrataciones públicas, garantizando que los gasoductos y las terminales sean compatibles con el hidrógeno y el amoníaco, y estableciendo normas, reglamentos y certificados comunes para el sector.
El informe de la IEA señala que el hidrógeno renovable ya podría competir en precio con la producción derivada de los combustibles fósiles, en regiones con buenos recursos renovables que actualmente dependen de las importaciones de combustibles fósiles para la producción de hidrógeno.
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Redacción | Antonio Vilela