La empresa danesa, Maersk, anunció recientemente que unificará dos recargos relacionados con el búnker en una única Tasa por Combustibles Fósiles (FFF), que en el futuro podría incluir también normativas que exijan el uso de nuevos combustibles.
En un comunicado, la compañía explica que la intención es simplificar los costos, ya que en la actualidad, existen dos tipos de recargos relacionados con el combustible para el transporte marítimo: el Factor de Ajuste del Combustible (BAF) y el Recargo por Bajo Contenido en Azufre (LSS).
A partir del 1° de julio de 2024, todas las nuevas cotizaciones contractuales con una validez superior a tres meses tendrán en cuenta el BAF, y Maersk se está preparando para un escenario que se ha ido desarrollando en el mercado internacional.
Hay que resaltar que el transporte marítimo de mercancías es actualmente responsable de más del 80% del comercio mundial, y de casi el 3% de los gases de efecto invernadero (GEI) liberados a la atmósfera. En la última década, el sector ha experimentado un aumento del 20% en sus emisiones.
«Si se introducen normativas que obliguen a utilizar un nuevo tipo de combustible, tendremos que repercutir el costo al cliente en forma de nuevos recargos, lo que aumentará la complejidad», dijo Maersk en su comunicado.
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Impuesto global
Los gobiernos y el sector privado debaten en la Organización Marítima Internacional (IMO) sobre un impuesto mundial sobre las emisiones del transporte marítimo de mercancías, y la creación de un fondo para acelerar la adopción de alternativas bajas en carbono.
La intención es reducir la importante diferencia de costos entre los combustibles con cero emisiones de carbono y los fósiles, recompensando económicamente a los buques por las emisiones evitadas al utilizar metanol o amoníaco ecológicos.
Según la agencia de la ONU para el comercio (UNCTAD), será necesario invertir entre 28.000 y 90.000 millones de dólares anuales de aquí a 2050 para descarbonizar el sector, y el gasto anual en combustibles podría aumentar entre 70% y 100%, por lo que se necesitan mecanismos que fomenten el desarrollo de estas cadenas.
En marzo de este año, la IMO llegó a un «posible esbozo de una estructura cero neto» para los buques. La próxima reunión tendrá lugar entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre de 2024, donde se espera avanzar en el diseño del mecanismo de tarificación, que debería estar listo para el año que viene.
Aunque todavía no hay parámetros para fijar el precio de las emisiones marítimas, existe la propuesta de establecer un valor fijo de 150 dólares por tonelada de gases de efecto invernadero (GEI).
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