El uso de distintos tipos de biocombustibles es casi tan antiguo como los automóviles, comenzando con el inventor del motor diésel, Rudolf Diesel, quien en 1900 utilizó aceite de maní para producirlo.
Pero, el descubrimiento de grandes depósitos de petróleo y sus posteriores usos, hizo que la gasolina y el diésel fuesen muy baratos durante décadas, lo que terminó relegando a los biocombustibles a un muy lejano segundo plano.
Sin embargo, las subidas en los precios del crudo, y sobre todo, la preocupación por el calentamiento global provocado por las emisiones de CO2, han hecho que vuelva el interés por los biocarburantes.
Los biocombustibles tienen diversos beneficios y pueden obtenerse indirectamente a partir de residuos comerciales, agrícolas, industriales y domésticos. Además, comparten algunas similitudes con los combustibles fósiles, ya que pueden existir en tres estados: sólido, líquido y gaseoso.
Por ello, hoy en H2 Business News te presentamos los biocombustibles más utilizados en la actualidad.
Tipos y usos
Existen distintos tipos de biocombustibles, desde los de uso más común, hasta los que presentan mayores procesos en su elaboración. Veamos:
• Madera: es la forma más básica de combustible que se deriva de la materia orgánica. Los árboles y las plantas proporcionan biomasa que se quema en forma de leña, aserrín, astillas, y carbón vegetal. Asimismo, ha sido utilizado por siglos en el calentamiento de hogares, cocinar alimentos y poniendo en marcha pequeños electrodomésticos.
• Biogás: es la forma gaseosa de los biocombustibles. Se quema igual que el Gas Natural (GN) y se compone principalmente de gas metano, y el modo más sostenible de obtenerlo es usar materia orgánica en descomposición.
Está formado por la misma molécula que el GN, pero es renovable, y si ambos se combinan, se reducen hasta en 20% las emisiones de CO2 con respecto al diésel.
• Biodiésel: Es de naturaleza líquida, y se centra sobre todo en las plantas con alto contenido energético. Se elabora mediante la combinación de grasas, aceites de animales y plantas respectivamente, teniendo al alcohol como otro ingrediente que conduce a su fabricación. En comparación con el estándar, se reduce su CO2 hasta en 66%.
Bioetanol, metanol y biobutanol
En la actualidad, este trío de biocombustibles han destacan por sus grandes beneficios en favor del sector transporte, tanto aéreo como terrestre.
• Bioetanol: Es líquido, el más usado en el transporte y puede producirse en grandes cantidades mediante la fermentación de biomasa con alto contenido en carbono, a partir de la caña de azúcar, el trigo y el maíz, entre otros. En comparación con el diésel, reduce hasta 90% las emisiones de CO2.
• Metanol: Es un alcohol como el etanol que se utiliza como combustible limpio para alimentar los motores de los vehículos, y muy similar al metano en su composición química, con la única diferencia de que el metano es gaseoso mientras que el metanol es líquido. La biomasa se convierte en metanol mediante la gasificación, que se realiza a temperaturas extremadamente altas y en presencia de un catalizador.
• Biobutanol: Se produce a partir de la fermentación acetona-butanol-etanol. Tiene ventajas con respecto al bioetanol, ya que se mezcla poco con el agua, tiene poca evaporación, presenta menos corrosión y tiene más capacidad calorífica. Además, sustituye directamente a la gasolina sin necesidad de modificar el motor.
Los biocombustibles están preparados para tener un impacto significativo en la reducción de los gases de efecto invernadero. Ya existen todos los elementos necesarios: sol, tierra y semillas, lo que convierte a los biocombustibles en una fuente de energía renovable y sostenible que, sin duda ayudará a acelerar la transición hacia un sistema de transporte libre de derivados del petróleo.
Con información de U.S. Farmers, Energy.gov y European Business Review.
Redacción | Antonio Vilela