La demanda de biocombustibles en 2021 alcanzó los 4 EJ (159.200 millones de litros), volviendo a niveles cercanos a los de 2019, tras un descenso debido a la pandemia de Covid-19, según un nuevoinformede la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, es necesario un aumento significativo de la producción de biocombustibles para estar en la senda del Escenario de Emisiones Cero Neto para 2050 y conseguir las reducciones de emisiones asociadas.
En 2030, según el escenario de emisiones cero neto, la producción de biocombustibles alcanza los 15 EJ, lo que requiere un crecimiento medio de alrededor del 16% anual.
El uso de materias primas avanzadas también debe aumentar: los biocombustibles producidos a partir de desechos y recursos residuales satisfacen el 45% de la demanda total de biocombustibles en 2030, frente a una cuota de alrededor del 8% en 2021.
En 2021, los biocombustibles representaban el 3,6% de la demanda mundial de energía para el transporte, principalmente para el transporte por carretera. En el escenario Cero Neto, la contribución de los biocombustibles al transporte se cuadruplica hasta el 15% en 2030, representando casi una quinta parte de la demanda de combustible solo para los vehículos de carretera.
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Crecimiento desigual
Aunque la demanda global de biocombustibles se recuperó hasta los niveles de 2019 después de un descenso debido a la pandemia, el repunte ha sido desigual entre los biocombustibles específicos
La demanda de etanol creció 6% de 2020 a 2021, aunque sigue siendo 7% inferior a la de 2019. El biodiésel (FAME) superó la demanda de 2020 en 0,3% para alcanzar 1,4 EJ. El diésel renovable (HVO), sin embargo, continuó su crecimiento exponencial para alcanzar un consumo 65% mayor en 2021 en comparación con 2019, llegando a más de 0,3 EJ.
El biodiésel y el diésel renovable compiten por la misma materia prima, lo que complica aún más el crecimiento relativo entre ambos biocombustibles.
Por su parte, los biocombustibles para la aviación, también conocidos como diésel de biojet, tendrían que hacer los avances más espectaculares de aquí a 2030 para ajustarse al escenario cero neto, pasando del 0,1% de la demanda de combustible para la aviación en 2021 a más del 5% en 2030, señala la IEA.
El éxito del diésel de biojet depende de varios factores clave, como la reducción de la diferencia de costos entre el combustible para biojet y el combustible fósil, la aplicación por parte de los gobiernos de planes y políticas de regulación claros, y la diversificación de los suministros de materias primas sostenibles más allá de los aceites residuales y los aceites comestibles.
Materias primas
En la actualidad, la gran mayoría de la producción de biocombustibles utiliza las denominadas materias primas convencionales, como la caña de azúcar, el maíz y la soja. Sin embargo, la ampliación de la producción de biocombustibles a materias primas avanzadas es fundamental para garantizar un impacto mínimo en el uso de la tierra, los precios de los alimentos y los piensos y otros factores medioambientales.
En el escenario cero neto, los biocombustibles producidos a partir de desechos, residuos y cultivos específicos que no compiten con los cultivos alimentarios (por ejemplo, cultivos en tierras marginales) representan aproximadamente el 50% de los biocombustibles consumidos en 2030, frente al 8% estimado en 2021.
El aceite de cocina usado y los residuos de grasas animales proporcionan la mayoría de las materias primas no alimentarias para la producción de biocarburantes en la actualidad. Dado que estas materias primas son limitadas, será necesario comercializar nuevas tecnologías para ampliar la producción de biocarburantes no alimentarios, indica la IEA.
Aunque el costo medio de producción de estos biocombustibles sigue siendo el doble o el triple que el de los combustibles fósiles equivalentes, podría disminuir hasta 27% en la próxima década, y cualquier diferencia de costos restante se cubriría con medidas políticas para estimular la producción y la demanda.
En conjunto, los biocombustibles evitan el 4,4% del uso mundial de petróleo en el transporte por carretera en términos energéticos. Casi el 60% de la demanda de biocombustibles se encuentra en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el 40% en los países no pertenecientes a la OCDE.
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Redacción | Antonio Vilela