La industria del gas natural de Brasil está presionando para que se ponga en marcha un programa de liberación de gas (GRP, por sus siglas en inglés) que reduzca el control de la estatal Petrobras sobre el mercado y permita una mayor competencia, pero la falta de regulación y de inversiones puede obstaculizarlo.
El Ministerio de Minas y Energía (MME) ha empezado a elaborar estudios sobre un GRP que ayudaría a abrir el comercio de gas a más empresas aparte de Petrobras, pero no está claro si se debatirá públicamente con los participantes en el mercado, ni cuándo, ya que la dirección de la oficina ha cambiado recientemente.
Según la nota publicada por Valor, en mayo se aprobó un conjunto de normas transitorias para facilitar la apertura del mercado del gas y entre las peticiones figuraba un proyecto de GRP, pero desde entonces no se ha dado ningún paso.
Petrobras posee el 95% del suministro comercial de gas en Brasil, mediante acuerdos con empresas estatales de distribución y grandes consumidores industriales.
Los consumidores de gas y otros productores consideran que un GRP es un peldaño para aumentar la competencia en el mercado, ya que el gasoducto de salida Rota 3 está retrasado, dos terminales de GNL existentes no se conectan a la red de gasoductos y el país tiene un alto índice de reinyección de gas.
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Más competitividad
La consultora Brattle publicó un estudio, patrocinado por 12 asociaciones brasileñas de consumidores y productores de gas natural, que concluye que es necesario un GRP para continuar el proceso de liberalización del mercado de gas, similar a lo ocurrido en los países europeos. Sin él, Brasil no podrá tener un mercado competitivo, afirma el estudio.
El objetivo del GRP sería reducir la cuota de mercado de Petrobras a 25 puntos porcentuales, con seis participantes con alrededor de 12 puntos porcentuales cada uno o tres participantes con alrededor de 17 puntos porcentuales cada uno. Las cuotas restantes se distribuirían entre otros participantes.
El GRP tendría una duración de entre 5 y 10 años, se estructuraría regionalmente e iría acompañado de un programa de liberación de capacidad que liberaría espacio en los gasoductos para nuevos cargadores.
Para reducir la cuota de mercado de Petrobras, se celebrarían subastas de suministro de gas para contratos de un año que también podrían negociarse en el mercado secundario, donde Petrobras podría actuar como creador de mercado. Los volúmenes de gas de las subastas serían mayores en los primeros años y disminuirían gradualmente.
Las subastas de gas no deberían fijar un precio de reserva para cubrir los costos de adquisición del gas, lo que permitiría reducir los precios, según el estudio. Las subastas también ayudarían a determinar el precio del gas. El programa debe ser supervisado por una autoridad de GRP, el estudio menciona el regulador de petróleo y gas ANP.
Potencial
Según Bruno Pascon, director ejecutivo del Centro Brasileño de Infraestructuras (CBIE), los cuellos de botella en las infraestructuras dificultarán el potencial competitivo del programa. Más gasoductos podrían ayudar a Brasil a reducir las reinyecciones de gas natural y estar preparado para el aumento de producción previsto.
Las inversiones en gasoductos podrían destinarse después al biometano, ya que Brasil tiene un potencial importante para producirlo, lo que haría las inversiones más viables desde el punto de vista económico.
No es necesario conceder incentivos gubernamentales para ampliar los gasoductos, pero sí deben crearse instrumentos financieros como la estructura societaria estadounidense master limited partnership, mientras que el gobierno brasileño debería incentivar nuevas industrias ancla de consumo de gas para fertilizantes y productos químicos, según CBIE.
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