Presentado en el Brasil Climate Summit 2023, el estudio «Unleashing Brazil’s Low Carbon Hydrogen Potential«, desarrollado por el Boston Consulting Group (BCG), muestra el potencial de Brasil en esta carrera global y estima que el país puede captar alrededor del 10 al 15% de las exportaciones (más de 10 millones de toneladas) hasta 2030, principalmente para Europa.
«Brasil ya produce energía limpia a bajo costo y tiene potencial de escalabilidad», señala Arthur Ramos, director ejecutivo y socio de BCG, y líder de la práctica de Clima y Sostenibilidad en Brasil.
«Nuestra matriz tiene una red interconectada que permite un mayor y mejor aprovechamiento de acuerdo con las normas de la Unión Europea, y aún tiene cerca del 92% del Sistema Interconectado Nacional (SIN) abastecido por fuentes de energía limpia. Por eso, ahora podemos iniciar esta carrera en busca de la producción de hidrógeno bajo en carbono adelantándonos a varios otros países», agregó.
Al mismo tiempo, los sectores que están iniciando su camino de reducción de carbono todavía tienen un alto potencial de demanda que podría ayudar a activar la producción local, según el reporte de BCG.
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Detalles del reporte de BCG
En el área del transporte de larga distancia, el uso de combustibles con menor huella de carbono es una palanca fundamental para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), incluso teniendo en cuenta la evolución de las necesidades de las redes aéreas, ferroviarias y navales, y por carretera.
En la agroindustria, Brasil es un gran importador de fertilizantes y el hidrógeno con bajas emisiones de carbono puede ayudar a invertir esta tendencia. La producción de fertilizantes a partir de amoníaco más sostenible puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de una industria local competitiva.
El estudio también indica que la demanda local de hidrógeno bajo en carbono podría representar entre 0,5 y 1,5 millones de toneladas en 2030.
A nivel mundial, diferentes escenarios muestran un potencial aproximado de 340 a 530 millones de toneladas para 2050, y BCG afirma que Brasil puede ser el tercer país con mejor relación costo-beneficio para suministrar LC H2 a Europa, solo por detrás de EEUU (post-IRA) y Canadá.
Para ello, según la consultora, el primer paso del país, de aquí a 2030, debería ser centrarse en la exportación de derivados de hidrógeno a Europa, destinados a las industrias química, de fertilizantes y de transporte marítimo.
«En términos de competitividad, aunque los países vecinos tengan mejores precios para el suministro directo de hidrógeno, Brasil tiene una producción de amoníaco a mejor coste. Por lo tanto, la exportación directa de H² es más interesante para una segunda etapa, pero el amoníaco verde y el metanol ya son alternativas mucho más maduras», destaca Ramos.
Acciones
El estudio de BCG señala que es esencial una acción gubernamental asertiva con políticas públicas que garanticen la competitividad global. El país cuenta con el Programa Nacional de Hidrógeno, creado en 2022, que tiene directrices y un plan de trabajo con pasos concretos que establecen ambiciones más claras para el papel de Brasil.
Los principales actores ya están avanzando con proyectos en fase inicial para el desarrollo del hidrógeno verde en Brasil, con varias regiones industriales candidatas a la producción con bajas emisiones de carbono, probablemente articuladas en tres a cinco polos industriales.
«Nuestra matriz energética ya es limpia y altamente competitiva. Al dar mayores pasos hacia la producción de hidrógeno bajo en carbono impulsaremos un nuevo ciclo industrial verde que pondrá al país como uno de los principales actores globales», añadió el ejecutivo de BCG.
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