A finales de la década, Estados Unidos, Europa y China dominarán el suministro mundial de hidrógeno bajo en carbono gracias al fuerte apoyo normativo y a los ambiciosos objetivos de crecimiento, según un informe de la organización de investigación, BloombergNEF (BNEF).
En 2030, estos tres mercados representarán el 80% de la producción mundial de hidrógeno limpio, y se prevé que el suministro anual se multiplique por 30, hasta alcanzar los 16,4 millones de toneladas.
Para 2030, se prevé que Estados Unidos represente el 37% de la producción de hidrógeno bajo en carbono, mientras que Europa y China representarán el 24% y el 19%, respectivamente, gracias al fuerte apoyo de las políticas nacionales, que incluyen subvenciones e incentivos fiscales.
La mayor parte de la producción de hidrógeno en Europa procederá del Reino Unido, los Países Bajos, España y Portugal. En cuanto a la situación en China, sigue siendo difícil de seguir debido a la falta de información sobre los proyectos gubernamentales y los objetivos de Pekín.
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Aumento de la demanda
Según el «New Energy Outlook 2024«, publicado por BNEF, se prevé que la demanda de todos los tipos de hidrógeno se cuadruplique de aquí a 2050, hasta 390 millones de toneladas.
Al mismo tiempo, se verá impulsada por industrias como la metalurgia ferrosa, la aviación y el transporte marítimo. La previsión se ha realizado en un escenario de emisiones cero, en el que el calentamiento global se limita a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, como estipula el Acuerdo de París.
Para finales de 2030, podrían ponerse en servicio unos 95 GW de electrolizadores, casi 10 veces la capacidad aprobada en la actualidad, y es probable que este método acapare casi toda la producción de la región Asia-Pacífico en esta década.
Además, la mayor parte del suministro de grandes productores como Estados Unidos y el Reino Unido será hidrógeno «azul», es decir, hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles, pero combinado con captura y almacenamiento de carbono.
En cuanto a la generación de electricidad, la generación de energía verde puede proporcionar la mayor parte de las agresivas reducciones de emisiones necesarias para 2030, señala BNEF. Esto dará más tiempo para abordar los retos de industrias como la siderúrgica y la aeronáutica, en las que aún no se han generalizado soluciones de bajo carbono competitivas en costos.
Incluso si la transición se ve impulsada únicamente por factores económicos, sin incentivos políticos adicionales, la cuota de renovables en la generación de electricidad podría superar el 50% a finales de esta década.