Frente a los desafíos como la escasez de suministros de combustibles neutros en carbono, la industria del transporte marítimo necesita explorar todas las opciones para reducir el consumo de combustible con el fin de alcanzar el objetivo de descarbonización para 2030 del 20% de reducción de emisiones establecido por la Organización Marítima Internacional (IMO), destaca la sociedad de clasificación noruega DNV en el último informe Maritime Forecast to 2050.
El informe señala que dar prioridad al desarrollo y uso de tecnologías que permitan un ahorro significativo de energía es crucial para reducir las emisiones del transporte marítimo hasta que los combustibles neutros en carbono sean viables.
Para alcanzar los objetivos de descarbonización de la IMO para 2030, el transporte marítimo necesitará entre 7 y 48 Mtep de combustibles neutros en carbono.
Sin embargo, con la producción mundial intersectorial de combustibles neutros en carbono que se espera que alcance solo entre 44 y 63 Mtep para 2030, será casi imposible para la industria del transporte marítimo asegurar su cuota requerida, dejando a armadores y gestores explorar todas las opciones para reducir el consumo de combustible, explica DNV.
Eirik Ovrum, consultor principal y autor principal de Maritime Forecast to 2050, señala que el análisis indica que la descarbonización del transporte marítimo podría duplicar el costo del transporte de mercancías en contenedores, lo que impulsaría a los armadores a desarrollar y ejecutar planes estratégicos de gestión de flotas para seguir siendo competitivos.
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Más detalles de DNV
En la octava edición de su Maritime Forecast to 2050, DNV proporciona una perspectiva actualizada de las regulaciones, impulsores, tecnologías y combustibles necesarios para la descarbonización marítima, incluyendo cuatro escenarios que exploran las condiciones que podrían acelerar la adopción de combustibles y tecnologías específicas para 2050.
El informe subraya que, independientemente de la dirección que tome la descarbonización del sector, tendrá un costo significativo.
Los cuatro escenarios simulados proyectan los incrementos de costos por trabajo de transporte, con estimaciones que oscilan entre el 69% y 75% para los graneleros, entre 70% y 86% para los petroleros y entre 91 y 112% para los portacontenedores.
Argumentando que la reducción de las pérdidas de energía es la forma más directa que tiene la flota mundial de recortar las emisiones, el análisis muestra que las medidas operativas y técnicas de eficiencia energética pueden reducir el consumo de combustible entre 4% y 16% de aquí a 2030.
Reducir el consumo de energía en 16% para la flota mundial ahorraría 40 Mt de combustible y 120 Mt de emisiones de CO2, lo que equivaldría a operar los 55.000 buques más pequeños o los 2.500 buques más grandes con combustible neutro en carbono, señala DNV.
Además, el informe destaca a la captura de carbono a bordo (OCC) como la forma potencialmente más eficaz de descarbonizar, ya que permite seguir utilizando combustibles y tecnologías convencionales, pero con un desarrollo significativo de la infraestructura de gestión del CO2.
También se destacan soluciones como la energía en tierra y las baterías, que pueden reducir la dependencia de los costosos combustibles neutros en carbono, ya que se calcula que la energía en tierra puede reducir el 7% del consumo total de energía que los buques utilizan en los puertos, sustituyendo la electricidad generada a bordo por combustibles fósiles.
Por último, el informe destaca el papel cada vez más importante de la digitalización como complemento de las medidas operativas y técnicas de eficiencia energética. Las herramientas de verificación digital también se señalan como cruciales para establecer una infraestructura de confianza, fomentar la colaboración en todo el sector y facilitar nuevos acuerdos contractuales, incentivando el ahorro energético.