Chile continúa consolidando su ambiciosa visión de convertirse en un actor protagónico en la emergente economía del hidrógeno verde.
Con una combinación estratégica de recursos naturales abundantes y un marco institucional robusto, el país está logrando hitos significativos en la tramitación ambiental de proyectos que son cruciales para el desarrollo y la expansión de esta industria de cero emisiones.
Recientes anuncios del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) subrayan un progreso considerable, con una serie de iniciativas ya aprobadas y un volumen aún mayor de proyectos de gran escala actualmente en fase de calificación.
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Proyectos aprobados: cimientos para una nueva industria energética
El SEA ha marcado un punto de inflexión al otorgar la aprobación definitiva a seis proyectos de hidrógeno verde. Este conjunto de iniciativas representa una inyección de capital superior a los 954 millones de dólares, lo que demuestra la confianza de los inversionistas en el potencial chileno.
Más allá de la inversión monetaria, la ejecución de estos proyectos inyectará 865 MW de nueva capacidad de energía renovable directamente al sistema interconectado nacional.
Esta adición de capacidad no solo respalda la producción de hidrógeno verde con fuentes 100% limpias, sino que también contribuye directamente a la descarbonización de la matriz energética global.
La luz verde ambiental para estos proyectos no es solo un trámite, sino un catalizador que les permite transitar de la fase de planificación a la de construcción y operación, sentando bases firmes para el surgimiento de una industria de hidrógeno verde a gran escala en el país.
El proceso de evaluación riguroso pero eficiente del SEA resalta el compromiso de Chile con estándares ambientales elevados, al mismo tiempo que facilita un entorno de inversión predecible y atractivo.
Proyectos en calificación: la visión de gigantes
En paralelo a las aprobaciones ya concedidas, el compromiso de Chile con el hidrógeno verde se manifiesta en la considerable cartera de proyectos que actualmente se encuentran en proceso de calificación ambiental ante el SEA.
Actualmente, seis iniciativas de gran envergadura están siendo evaluadas, lo que promete transformar significativamente el panorama energético del país.
Estos proyectos no solo son notables por su número, sino por la escala sin precedentes que representan: involucran la implementación de más de 4600 MW de capacidad de energías renovables no convencionales (ERNC), principalmente solar y eólica, que alimentarán directamente a 5800 MW en electrolizadores.
Esta capacidad de electrolización es un indicador clave del potencial de Chile para producir vastas cantidades de hidrógeno verde, no solo para consumo interno sino también para la exportación a mercados internacionales sedientos de soluciones energéticas limpias.
La evaluación de estos megaproyectos es un testimonio de la ambición de Chile por posicionarse no solo como productor, sino como un proveedor global estratégico de hidrógeno verde, con un impacto significativo en la descarbonización del transporte marítimo, la industria pesada y otros sectores difíciles de abatir.
Plazos y expectativas
La hoja de ruta para la tramitación ambiental de estos proyectos de gran escala está bien definida, ofreciendo una valiosa certeza a los inversionistas y desarrolladores.
Se anticipa que los procesos de calificación ambiental para los seis proyectos actualmente en evaluación concluirán entre fines de abril y noviembre de este año.
Esta ventana temporal indica un flujo constante de decisiones por parte del SEA, lo que permite a las empresas planificar con mayor precisión sus siguientes pasos en términos de ingeniería, financiamiento y construcción.
La finalización exitosa de estos procesos de calificación liberará un considerable volumen de inversión privada y acelerará la edificación de la infraestructura necesaria para transformar la capacidad renovable de Chile en hidrógeno verde.
El cronograma subraya la proactividad del gobierno chileno y sus instituciones para asegurar que el desarrollo de la industria del hidrógeno verde no solo sea ambicioso, sino también oportuno y eficiente, respondiendo a la urgencia global por soluciones energéticas sostenibles y sentando las bases para un crecimiento económico verde a largo plazo.