La transición energética global está entrando en una fase decisiva, y el hidrógeno verde se posiciona como vector clave para la descarbonización industrial.
En este contexto, China, Brasil e India no solo destacan por sus condiciones estructurales favorables, sino que ya están ejecutando proyectos de gran escala que los colocan en el centro del nuevo mapa energético mundial.
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China: escala industrial y despliegue tecnológico
China es actualmente el mayor productor y consumidor de hidrógeno del mundo. Según datos recientes, el país cuenta con 56 plantas de hidrógeno bajo en carbono, de las cuales 21 están en construcción y 22 son nuevos proyectos en fase de desarrollo.
Si todos estos proyectos se completan, se estima una producción total de 10 TWh, lo que representa un salto significativo en capacidad instalada.
Además, China ha desplegado vehículos impulsados por hidrógeno en eventos internacionales como los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022, demostrando su capacidad para integrar esta tecnología en el transporte pesado.
Por otra parte, según Rystad Energy, China alcanzará 2,5 GW de capacidad instalada de electrolizadores para finales de 2025, lo que permitirá producir 220.000 toneladas anuales de hidrógeno verde, una cifra que supera las proyecciones iniciales y posiciona al país como líder mundial en infraestructura de electrólisis.
Su liderazgo en la fabricación de electrolizadores ha permitido reducir los costos unitarios, facilitando la expansión nacional y la exportación de tecnología a otros mercados emergentes.
Sin embargo, persisten desafíos logísticos, ya que existe una disparidad geográfica entre los centros de producción al noroeste del país y los centros de demanda en el este industrializado.
Brasil: 111 proyectos en curso y hubs portuarios estratégicos
Brasil ha identificado 111 proyectos activos de hidrógeno verde y derivados, distribuidos en 15 estados del país, que requerirán una capacidad instalada de 90 GW en nuevas plantas renovables, según el Mapa de Iniciativas de Hidrógeno Verde publicado por la consultora CELA.
La inversión total anunciada asciende a 454 mil millones de reales, equivalentes a 82 mil millones de dólares, lo que convierte a Brasil en uno de los mercados más dinámicos del hemisferio sur.
Entre los derivados más destacados se encuentra el amoníaco verde, esencial para la descarbonización de la agricultura.
El costo de producción local se sitúa entre 539 y 1103 dólares por tonelada, mientras que el hidrógeno verde puede producirse en Brasil por entre 2,83 y 6,16 dólares por kg, dependiendo de la ubicación estratégica.
El potencial de producción de hidrógeno verde en Brasil se estima en 1,8 gigatoneladas anuales, según la Secretaría Nacional de Transición y Planificación Energética, y además, el gigante suramericano cuenta con una infraestructura portuaria robusta y experiencia en biocombustibles, lo que facilita la exportación a Europa y Asia.
India: hubs portuarios y expansión acelerada
India lanzó la Misión Nacional del Hidrógeno Verde, con el objetivo de que el 80% del hidrógeno producido en 2050 sea verde. Actualmente, el país ha identificado tres puertos estratégicos (Deendayal, Paradip y Chidambaranar) para convertirlos en hubs de exportación de hidrógeno renovable.
La inversión en energías renovables ha aumentado 83%, alcanzando los 16.500 millones de dólares, lo que ha permitido incorporar 25 GW de potencia instalada en los últimos años.
A finales de marzo de 2025, India alcanzó una capacidad renovable total de 172 GW, excluyendo la hidroeléctrica, y de ese total, la energía solar representó 105 GW, consolidando su papel como columna vertebral de la transición energética del país.
Para junio de este año, India superó los 51 GW de capacidad instalada en energía eólica, consolidándose como el cuarto mayor mercado eólico del mundo, y se espera que alcance 63 GW de capacidad eólica entre 2026 y 2027, gracias a un renovado impulso en subastas híbridas y acuerdos de compra de energía (PPA) que están dinamizando el sector.
India también planea exportar el 70% de su producción de hidrógeno verde en seis años, estableciendo alianzas con países como Alemania y Japón para asegurar mercados de destino y transferencia tecnológica.
Un nuevo eje energético global
La magnitud de estos proyectos y sus cifras asociadas no solo reflejan el compromiso de China, Brasil e India con la descarbonización, sino que también consolidan un nuevo eje energético global.
Estos países están redefiniendo las reglas del juego mediante modelos de cooperación sur-sur, infraestructura exportadora, y políticas públicas adaptativas que permiten sortear las barreras tradicionales del financiamiento y la estandarización tecnológica.
Por ello, el hidrógeno verde ya no es una promesa futura, sino una realidad en construcción desde múltiples geografías, y en esa construcción, China, Brasil e India están marcando el ritmo.