Utility Global, empresa tecnológica con sede en Houston, cree haber desarrollado una solución que podría cambiar la forma de producir hidrógeno limpio y ampliar las opciones para consumirlo a un costo razonable.
La tecnología eXERO de Utility ofrece un novedoso enfoque para producir hidrógeno utilizando los gases residuales y el calor de los flujos industriales para alimentar una reacción electrolítica que separa el oxígeno de las moléculas de agua.
El proceso en el que se basa esta tecnología, que no requiere ningún aporte eléctrico externo, depende de una membrana cerámica patentada que permite separar el hidrógeno de la materia prima del vapor.
El proceso puede ser alimentado por una serie de gases, como metano, gas natural renovable o gases industriales no tratados, que fluyen a través del sistema y son procesados en una corriente «enriquecida» de CO2 que puede ser capturada y secuestrada a un costo menor en comparación con los métodos convencionales.
Cabe destacar que otros elementos y compuestos del flujo de gases residuales, como el nitrógeno y el oxígeno, pasan por el sistema y se liberan a la atmósfera.
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Electrólisis sin electricidad
En el proceso de Utility, el agua, en forma de vapor, se inyecta en un lado de la membrana cerámica especialmente tratada, con algo de gas en el otro lado. La tecnología aprovecha las propiedades de los elementos que, cuando se ponen en las condiciones adecuadas, desprenden de forma natural una carga que permite que se produzca la reacción electrolítica.
Mantener los cientos de grados centígrados necesarios para que se produzca la reacción es fundamental, por lo que el sistema debe estar envuelto en suficiente aislamiento para mantener la temperatura. Según la empresa, esta tecnología puede reducir en 30% el costo de la producción de hidrógeno a partir de gases residuales.
«Estos materiales adquieren propiedades especiales a una determinada temperatura. Romper el agua requiere energía. Oxidar algo desprende energía. Así que nuestro proceso puede equilibrarse si la energía desprendida es igual a la requerida», explica Claus Nussgruber, CEO de Utility Global.
La empresa acaba de cerrar una ronda de serie B de 25 millones de dólares, a la que han acudido Saudi Aramco, Samsung y Saint-Gobain, y tiene una planta piloto industrial en funcionamiento en su sede central en el Energy Corridor de Houston, Texas.
Nussgruber dice que el primer despliegue de la tecnología podría anunciarse para el segundo o tercer trimestre de 2023. «Se trata de clientes que tienen una necesidad real de hidrógeno verde y bajo en carbono. Tienen presiones reales de descarbonización. Pero también son clientes visionarios que quieren liderar la transición energética y, por lo tanto, buscan una tecnología que sea sostenible, asequible y cercana a la consecución de esos objetivos.»
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Redacción | Antonio Vilela