El etanol a base de maíz, que durante años se ha mezclado en grandes cantidades con la gasolina que se vende en los surtidores de Estados Unidos, podría contribuir mucho más al calentamiento global que la gasolina pura, según un estudio publicado ayer.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, contradice investigaciones anteriores encargadas por el Departamento de Agricultura de EE.UU. que mostraban que el etanol y otros biocombustibles eran relativamente ecológicos, informó Bloomberg.
La investigación fue financiada en parte por la National Wildlife Federation, organización conservacionista que ha criticado la norma sobre combustibles renovables. Además, señala que las emisiones de carbono del biocombustible sean probablemente al menos un 24% superiores a las de la gasolina.
«El etanol de maíz no es un combustible respetuoso con el clima», afirmó el Dr. Tyler Lark, científico adjunto del Centro de Sostenibilidad y Medio Ambiente Global de la Universidad de Wisconsin-Madison, y autor principal del estudio.
Según el informe, la norma federal sobre combustibles renovables ha impulsado a los agricultores estadounidenses a aumentar el uso de la tierra para la plantación de maíz, lo que ha provocado más contaminación por el mayor uso de fertilizantes y la degradación de la calidad del agua.
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Reacciones en la industria
La Asociación de Combustibles Renovables, grupo comercial de la industria, no está de acuerdo con las conclusiones. Su director ejecutivo, Geoff Cooper, calificó su metodología de «fundamentalmente defectuosa», citando el uso de imágenes por satélite por parte del equipo de investigación.
Un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. de 2019 dijo que las emisiones de gases de efecto invernadero del etanol a base de maíz eran 39% más bajas que las de la gasolina en todo el ciclo de vida, desde la producción inicial de materias primas hasta la combustión final en los vehículos, reseñó Reuters.
En virtud de la Ley de Combustibles Renovables promulgada en 2005, las refinerías de petróleo del país están obligadas a mezclar anualmente unos 15.000 millones de galones de etanol a base de maíz en la gasolina del país, con el fin de apoyar a los agricultores, reducir las emisiones y la dependencia de las importaciones de energía.
Como resultado, el cultivo de maíz creció 8,7% y se expandió en 6,9 millones de acres adicionales de tierra entre 2008 y 2016, lo que condujo a cambios en el uso de la tierra, incluyendo la labranza de cultivo que de otro modo se habrían retirado o inscrito en programas de conservación, y la plantación de cultivos existentes con más maíz, según el estudio.
Dicha investigación llega en medio de un debate político entre los partidarios de los biocombustibles, y una improbable alianza entre las refinerías de petróleo y algunos ecologistas que apoyan una revisión de la norma federal.
La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), que administra la política de biocombustibles del país, está estudiando la posibilidad de introducir en mayo de este año nuevos objetivos para 2023, y los años siguientes.
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Redacción | Antonio Vilela