El sector del transporte marítimo necesita adoptar el amoníaco azul como parte de la mezcla de combustibles de búnker para lograr la descarbonización oportuna, y el crecimiento sustancial de la infraestructura de almacenamiento de CO2 podría apoyar esto en los próximos años, según un estudio realizado por el Centro Maersk Mc-Kinney Moller de Dinamarca para el Transporte Marítimo de Carbono Cero.
Algunos armadores esperan que el metanol desempeñe un papel clave en la descarbonización del sector: uno de los fundadores del centro de investigación, Maersk, ha incrementado los pedidos de buques preparados para metanol en los últimos años y participa en el desarrollo de instalaciones de producción de e-metanol en Florida y Copenhague, entre otros.
Pero los productores de combustibles basados en energías renovables no podrán suministrar volúmenes suficientes y asequibles al ritmo necesario para que la industria cumpla sus objetivos de descarbonización, lo que significa que el amoníaco producido a partir de gas con captura y almacenamiento de carbono (CAC) también tendrá que desempeñar un papel, según los autores del informe.
El informe advierte de que la industria no puede permitirse esperar únicamente a los combustibles renovables.
La transición a combustibles con menos emisiones de carbono debe iniciarse «en la presente década» para conseguir el impulso necesario para cumplir el objetivo de descarbonización del sector del transporte marítimo para 2050, según el informe.
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Más detalles sobre el amoníaco azul
El amoníaco azul estará disponible en «cantidades significativas para 2027«, con estimaciones actuales que sitúan el suministro en torno a los 8 millones de toneladas anuales en 2027-2028.
Los autores del informe mencionaron Noruega, Norteamérica, el Golfo Árabe, Australia, Malasia e Indonesia como lugares óptimos por su suministro de gas natural de bajo costo y sus condiciones geológicas favorables para el almacenamiento de CO2.
Aunque las empresas han desarrollado tecnología para capturar hasta el 95% de las emisiones en el proceso de producción de amoníaco azul, los investigadores señalaron la importancia de disponer de espacio suficiente para almacenar el CO2.
Para cumplir los objetivos de emisiones netas cero, la industria marítima podría necesitar unos 34 millones de toneladas anuales de amoníaco azul en 2030, para lo que necesitaría capturar y almacenar 50 millones de toneladas anuales de CO2, según los autores. De acuerdo a las previsiones actuales, este objetivo podría alcanzarse.
De acuerdo a la investigación, los proyectos en desarrollo podrían proporcionar cerca de 250 millones de toneladas anuales de almacenamiento de CO2 para 2030. Y en la hipótesis más optimista, que también incluye los proyectos anunciados, la cifra se eleva a más de 600 millones de toneladas anuales.
Sin embargo, señala que «los riesgos de la cadena de suministro podrían impedir alcanzar estas capacidades de infraestructura en el plazo previsto», mientras que la capacidad se repartiría entre todas las industrias y no se limitaría únicamente a la producción de hidrógeno o amoníaco.
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