El fabricante de automóviles estatal chino, Guangzhou Automobile Group Corp. (GAC), presentó un prototipo de motor propulsado por amoniaco líquido, combustible que podría constituir una fuente de energía alternativa a la electricidad y el hidrógeno.
Desarrollado en colaboración con Toyota, el nuevo motor de combustión interna se inspira en los sectores del transporte marítimo y de mercancías, que están explorando activamente el amoníaco como alternativa al gasóleo para su uso en buques portacontenedores y camiones de transporte de mercancías.
Según GAC, el motor de 4 cilindros y 2,0 litros produce 161 CV y reduce en 90% las emisiones de carbono en comparación con los motores de gasolina convencionales. Si bien no es el primer motor de combustión interna desarrollado para funcionar con amoníaco, sí es el primero que se propone para su posible uso en turismos.
Según una nota publicada en Carscoops, durante una presentación tecnológica anual, GAC afirma que ha superado los problemas de la combustión de amoníaco, incluido el exceso de emisiones de nitrógeno, gracias a un aumento de la presión de combustión en comparación con los motores de gasolina convencionales.
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Algunos detalles
Muy utilizado como fertilizante, el amoníaco se considera muy tóxico, pero su naturaleza combustible lo ha puesto en el punto de mira para futuras necesidades de transporte. Además, es de combustión lenta y posee aproximadamente la mitad de la densidad energética de la gasolina por galón.
Durante la combustión, el amoníaco líquido no emite carbono, hidrocarburos ni CO2. Tampoco emite partículas. Tradicionalmente, el inconveniente para su uso en aplicaciones de motores de combustión interna han sido las elevadas emisiones de nitrógeno, aunque GAC y Toyota afirman haber resuelto este problema concreto.
El método tradicional de producción de amoníaco se considera de alto consumo energético, aunque los últimos avances han llevado a la producción a pequeña escala del llamado amoníaco verde, que utiliza fuentes de energía renovables para una compatibilidad sin emisiones de carbono.
Más de dos tercios de la producción mundial de amoníaco se utilizan en la agricultura como fertilizante, y también como gas refrigerante y en la fabricación de plásticos, textiles, explosivos y pesticidas.
«Hemos superado el escollo de la dificultad de quemar amoníaco rápidamente y hemos puesto este combustible al servicio de la industria automovilística. Merece la pena anticipar su valor para la sociedad y para usos comerciales»
Qi Hongzhong, ingeniero del centro de I+D de GAC en Guangzhou