La economía del hidrógeno ha experimentado recientemente algunos contratiempos en su historia de crecimiento. Al parecer, la demanda de esta materia prima no está aumentando al ritmo previsto en 2020, cuando las empresas anunciaron agresivamente sus planes de transición energética.
A medida que más industrias, como las del acero, el transporte y la energía, intentan descarbonizar sus operaciones, se espera que crezca la demanda de hidrógeno bajo en carbono. No obstante, la economía del hidrógeno se encuentra actualmente en la fase crítica de su desarrollo, afirmó la consultora GlobalData.
El informe de GlobalData, «Hidrógeno», revela que se espera que alrededor del 83% de la capacidad de hidrógeno bajo en carbono que entre en funcionamiento en 2030 proceda de plantas de hidrógeno verde, mientras que el resto sea de hidrógeno azul.
Por otra parte, las capacidades de hidrógeno púrpura y turquesa se prevén minúsculas, mientras que solo 2% de la capacidad total prevista para 2030 está actualmente en funcionamiento.
«Dado que el hidrógeno es una materia prima esencial en los procesos derivados del petróleo y el gas, el cambio al hidrógeno bajo en carbono ayudaría a las empresas a reducir su huella de emisiones. También tiene un enorme potencial en el sector del transporte, especialmente en aplicaciones marinas y de vehículos pesados, debido a sus propiedades de densidad energética», afirmó Ravindra Puranik, analista de petróleo y gas de GlobalData.
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Nueva demanda
Convencionalmente, el hidrógeno se ha consumido en la industria del petróleo y el gas como reactivo en el sector del refino y como materia prima en el sector petroquímico.
La demanda de la industria del petróleo y el gas seguirá siendo el motor dominante del hidrógeno en un futuro previsible, y se espera que surja una demanda adicional de este producto en sectores como la metalurgia, la generación de energía y el transporte.
«En los últimos años se ha producido un salto significativo en los anuncios de proyectos de hidrógeno con bajas emisiones de carbono, a medida que las industrias desvelaban planes para descarbonizar sus operaciones», señaló Puranik.
«Casi el 75% de estos proyectos se encuentran en fase de viabilidad, lo que refleja el impulso en los anuncios de nuevas plantas dentro de este mercado para aprovechar la transición energética mundial», agregó el analista.
«Varias empresas de petróleo y gas han anunciado nuevas plantas de hidrógeno azul y verde, que se espera que estén operativas en 2030. Sin embargo, es necesario que la red de distribución de hidrógeno se amplíe a escala, lo que incluye la adición de nuevas tuberías», dijo.
«El escenario actual señala una fase crítica para el desarrollo de la economía mundial del hidrógeno. Su destino e impulso en los próximos años se decidirán en función de cómo se desarrollen las cosas en el futuro cercano», concluyó.