A medida que transcurre el tiempo, cada vez son más necesarios los esfuerzos para abandonar los combustibles fósiles y frenar el ritmo trepidante del cambio climático. En este escenario, algunas regiones y sectores industriales lo tienen más fácil que otras.
En Europa, el transporte por ferrocarril y por carretera está en una etapa de transición al hidrógeno y a la batería eléctrica, pero la aviación y el transporte marítimo aún están lejos de tener una solución final, especialmente en el caso del transporte marítimo de contenedores de larga distancia.
Para la start-up, H2 Clipper, no hay que descartar el uso de dirigibles de hidrógeno, aprovechando que la densidad del H2 es mayor que la del gas natural y puede utilizarse en pilas de combustible, o quemarse en motores de combustión interna.
¿Dirigibles de hidrógeno?
H2 Clipper cree que el uso de dirigibles ayudará a garantizar que el H2 fabricado con energías renovables, como el sol y el viento, esté disponible donde se necesite, independientemente de que pueda producirse localmente, ya que estas naves aéreas están pensadas para transportar el combustible verde.
La empresa californiana planea construir estos dirigibles, que no solo transportarán el hidrógeno verde a las zonas donde sea necesario, sino que también utilizarán ese combustible limpio para la alimentación de sus propios motores.
El proyecto de H2 Clipper sigue en fase de concepto, pero han afirmado que gracias a los materiales modernos, más resistentes y ligeros, a los nuevos diseños y a las modernas técnicas de fabricación, estas naves serán más seguras, rápidas y eficientes que cualquier diseño anterior.
Características de los dirigibles
Aunque no será tan rápido como un avión, el H2 Clipper podrá navegar a unos 280 kilómetros por hora, lo que le permitirá transportar carga entre 7 y 10 veces más rápido que un barco.
Además, tiene un volumen de carga de 265.000 pies cúbicos -de 8 a 10 veces más que la mayoría de los cargueros aéreos- y puede transportar hasta 340.000 libras de carga útil a 6.000 millas a su velocidad de crucero estándar.
Entre distancias de 1.600 y 9.000 kilómetros, el vehículo podría transportar una tonelada de carga por tan sólo 0,177 a 0,247 dólares por kilómetro, una cuarta parte del costo del transporte aéreo. Y como podría despegar y aterrizar verticalmente, llevaría mercancías directamente al lugar donde se necesiten, en lugar de transferirlas a camiones en un aeropuerto.
Un posible obstáculo, señalado por New Atlas, es el hecho de que la legislación estadounidense prohíbe actualmente el uso de hidrógeno como gas de elevación en los dirigibles. No es de extrañar, ya que la era de los dirigibles llegó a su fin hace casi un siglo después de que el Hindenburg, lleno de hidrógeno, ardiera en llamas.
Más detalles en la página web de H2 Clipper
Redacción | Antonio Vilela