En el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Económica (PERTE) de sectores estratégicos de España, el proyecto Hi2BIO se posiciona como una de las iniciativas más prometedoras en la producción de hidrógeno verde en Europa.
Liderado por la Universidad de Zaragoza, junto con el Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2), el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) y la empresa Ingeniería de Obras Zaragoza S.L., este proyecto busca demostrar que es posible generar energía limpia a partir de residuos industriales, específicamente aguas residuales provenientes de sectores agroalimentarios.
La urgencia por encontrar alternativas sostenibles al hidrógeno gris, producido a partir de gas natural con altas emisiones de CO2, ha impulsado el desarrollo de tecnologías que aprovechan recursos renovables y subproductos de bajo valor económico.
Hi2BIO responde a este desafío con una propuesta biotecnológica que combina eficiencia, economía circular y escalabilidad industrial.
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Fermentación oscura y fotofermentación
El enfoque técnico del proyecto se basa en la integración de dos procesos biológicos complementarios: la fermentación oscura y la fotofermentación.
En la primera etapa, bacterias como Clostridium butyricum descomponen residuos orgánicos en ausencia de luz, liberando hidrógeno como subproducto, y en la segunda, otras especies como Rhodopseudomonas actúan bajo condiciones luminosas para continuar la producción y mejorar la pureza del gas generado.
Este sistema en serie permite maximizar el rendimiento energético y reducir impurezas, lo que representa una ventaja frente a métodos convencionales que requieren altas temperaturas, presión o catalizadores metálicos.
Además, el uso de residuos como mezclas de azúcares, desechos frutícolas y efluentes lácteos convierte el proceso en una herramienta de valorización ambiental.
Resultados preliminares
Actualmente, el equipo de investigación opera con reactores piloto de 40 litros, donde se han logrado resultados alentadores en términos de eficiencia y estabilidad del sistema.
La siguiente fase contempla el diseño y construcción de reactores de 600 litros, destinados a pruebas en entornos industriales simulados, con el objetivo es alcanzar una pureza del 95% en el hidrógeno producido, mediante tratamientos de gases que optimicen la separación y eliminación de subproductos.
Este escalado no solo busca validar la tecnología en condiciones reales, sino también adaptar el sistema a distintos tipos de residuos y sectores industriales.
La versatilidad del enfoque permite imaginar aplicaciones en agroindustrias, plantas de tratamiento de aguas y zonas urbanas con alta generación de efluentes orgánicos.
Impacto ambiental, económico y científico
Hi2BIO representa un hito técnico en la investigación de tecnologías sostenibles, ya que al transformar un problema ambiental como la gestión de aguas residuales en una solución energética, el proyecto contribuye directamente a los objetivos de descarbonización y transición ecológica.
Además, abre nuevas líneas de investigación en microbiología aplicada, ingeniería de reactores y gestión de residuos.
Desde el punto de vista económico, la posibilidad de producir hidrógeno verde sin depender de fuentes fósiles ni infraestructuras costosas podría democratizar el acceso a este vector energético, especialmente en regiones con abundancia de residuos orgánicos.
En el plano científico, la identificación de especies bacterianas eficientes y su comportamiento según la matriz utilizada ofrece una base sólida para futuras aplicaciones y desarrollos tecnológicos.
Hi2BIO: perspectivas y próximos pasos
El proyecto se extenderá hasta julio de 2026, con el respaldo de la Unión Europea a través del programa NextGenerationEU y del Ministerio para la Transición Ecológica.
En los próximos meses, se espera avanzar en la caracterización de los inóculos bacterianos más eficientes, optimizar el diseño de los reactores industriales y evaluar el comportamiento del sistema en condiciones variables.
Según los investigadores Laura Grasa y Jesús Salafranca, de la Universidad de Zaragoza, Hi2BIO no solo valida una tecnología emergente, sino que también propone una nueva forma de entender la relación entre residuos y energía.
Para Patricia Ugarte, responsable de I+D en Inngen.io, el proyecto permitirá profundizar en el ajuste de variables microbiológicas y operativas, con miras a una implementación industrial adaptable y eficiente.