Las plantaciones de soja tendrían que aumentar casi 50% si el aceite de soja se convirtiera en la única materia prima del combustible de aviación sostenible (SAF), afirman dos analistas de la Universidad de California en Davis.
Los agricultores pusieron en producción tierras de cultivo ociosas como resultado del auge del etanol, y hubo años de discusiones sobre el impacto medioambiental del cambio en el uso de la tierra.
«Una rápida expansión hacia los SAF podría reavivar el debate alimentos vs. combustibles y crear cambios en el uso de la tierra para la conservación y la producción de cultivos similares a los de las políticas originales del RFS», escribieron el profesor Aaron Smith y el estudiante de doctorado Andrew Swanson para el American Enterprise Institute.
Con su mayor rendimiento por hectárea, el etanol de maíz como única materia prima supondría un aumento de la superficie de alrededor del 9%.
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Detalles del reporte
Los responsables políticos y las compañías aéreas buscan formas de reducir la huella de carbono de los viajes en avión, ya que volar en un avión comercial emite aproximadamente 40% más de dióxido de carbono por pasajero que conducir en un vehículo normal.
Por otra parte, el maíz y la soja son los dos cultivos más plantados en EE.UU., con casi 179 millones de acres sembrados el año pasado, y los investigadores señalan que hay varias formas de responder a la demanda de más maíz o soja. Una sería dedicar menos tierras a cultivos competidores.
«Producir 3.000 millones de galones de combustible de aviación sostenible requeriría el uso de entre 8 y 11 millones de acres de maíz o entre 35 y 50 millones de acres de soja, dependiendo de lo rápido que aumente el rendimiento de los cultivos en los próximos seis años», escribieron Smith y Swanson.
Para contextualizar: «En 2022, los agricultores estadounidenses plantaron 79 millones de acres de maíz, de los cuales 27 millones se destinaron a etanol para automóviles. Plantaron 86 millones de acres de soja, de los que 21 millones se destinaron a la producción de diésel a partir de biomasa para camiones, trenes y tractores», indica el reporte.
El gobierno de Biden tiene el objetivo de producir 3.000 millones de galones de SAF en 2030. La producción actual es de 16 millones de galones al año.
La Ley de Reducción de la Inflación prevé una desgravación fiscal de entre 1,25 y 1,75 dólares para los productores de SAF, pero solo si su combustible reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en 50%, comparado con el combustible de aviación derivado del petróleo. Un crédito fiscal que desempeñará un papel importante para impulsar la expansión del SAF.
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