El número de proyectos mundiales de hidrógeno con bajas emisiones de carbono se ha multiplicado por siete en los últimos cuatro años, pasando de 228 en 2020 a 1.572 en 2024, según el último informe Hydrogen Insights 2024, publicado por el Consejo del Hidrógeno en colaboración con McKinsey & Company.
El Consejo del Hidrógeno es una iniciativa mundial, dirigida por CEOs, que reúne a más de 140 empresas de 20 países, entre ellas gigantes de la energía como Aramco, bp, Equinor, Shell, ExxonMobil y Engie.
La cantidad de capital comprometido siguió el mismo ritmo de crecimiento, pasando de 10.000 millones de dólares en 2020 a 75.000 millones en 2024, repartidos en 434 proyectos que ya han alcanzado la decisión final de inversión (FID).
Para Ivana Jemelkova, consejera delegada del Consejo del Hidrógeno, el informe envía un mensaje claro de que el hidrógeno está ocurriendo. «Ahora que el hidrógeno es una realidad en la transición energética, es el momento de impulsar una inversión significativamente mayor de aquí a 2030 para alcanzar nuestros objetivos de mediados de siglo».
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Detalles del informe
El informe señala un aumento del 90% de las inversiones en proyectos que ya han superado la decisión final de inversión y un aumento del 30% en los que se encuentran en fase de ingeniería de detalle (FEED).
Además, muestra un aumento del 20% en las inversiones totales anunciadas para 2030, de 570.000 millones de dólares a 680.000 millones. Sin embargo, la encuesta muestra que se necesitan proyectos adicionales en toda la cadena de valor para alinearse con un escenario de emisiones cero en 2050.
El déficit total de inversión sigue siendo de 335.000 millones de dólares, un 10% menos que en la publicación anterior.
Problemas macroeconómicos como el aumento de la inflación, la subida de los tipos de interés y las tensiones geopolíticas que afectan a los mercados energéticos están repercutiendo en el desarrollo de proyectos, especialmente en lo que se refiere al hidrógeno renovable.
El estudio destaca el aumento del costo de las energías renovables y los electrolizadores, que ha provocado retrasos y cancelaciones de proyectos. Al mismo tiempo, existen algunas incertidumbres normativas que aún no han sido definidas ni por la Unión Europea ni por el programa público de incentivos estadounidense, el IRA.
Por otro lado, destaca que el IRA ha sido el responsable de que Norteamérica albergue más del 90% de la capacidad mundial de hidrógeno bajo en carbono que pasó por la decisión final de inversión el año pasado.
La cuota de Europa en el total de proyectos FID se ha reducido al 40%, aunque el número de proyectos ha crecido de 125 a más de 600. La segunda región en importancia es ahora Norteamérica (20%), seguida de China y Latinoamérica (10% cada una).
«Con un marco regulador favorable e incentivos específicos, los inversores tendrán la certidumbre que necesitan para que los proyectos pasen a la fase FID, contribuyendo en última instancia a alcanzar los objetivos climáticos mundiales»
Sanjiv Lamba, CEO de Linde y copresidente del Consejo del Hidrógeno