Brasil podría generar hasta 20.000 millones de dólares anuales a partir de proyectos de captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés), según Isabela Morbach, cofundadora y directora de CCS Brasil, en nota publicada por Argus.
Morbach, en su intervención en el evento Argus Rio Crude celebrado en Río de Janeiro, Brasil, pidió premura en el desarrollo de este tipo de proyectos, ya que requieren al menos tres o cuatro años para hacerse realidad.
CCS Brasil es una organización sin ánimo de lucro que promueve el desarrollo de actividades de CCS en Brasil. Su informe anual de 2023 indica que solo el estado brasileño de Sao Paulo podría capturar 40 millones de toneladas anuales de CO2, lo que equivale a la cantidad que se captura actualmente en todo el mundo.
Según el grupo, alrededor del 48% del potencial de CCS de Brasil se encuentra en el sureste, que alberga la mayoría de los complejos industriales del país.
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Más detalles
Morbach enumeró seis puntos estratégicos para impulsar los proyectos de CCS en el país:
- Aprobación de normativas;
- Establecimiento de un mercado de carbono que ofrezca créditos para el CCS;
- Cartografía de oportunidades de almacenamiento de carbono;
- Creación de líneas de financiación para proyectos de CCS;
- Difusión de información sobre la CCS y su papel en la mitigación del cambio climático;
- Desarrollo de tecnología, especialmente para reducir los costos de captura y hacer más eficiente el proceso.
Existe voluntad política para impulsar la regulación del CCS, pero Brasil está haciendo malabarismos con demasiados asuntos a la vez, como la regulación de la energía eólica marina, el hidrógeno y los mercados de carbono, y no siempre da prioridad a esto, explicó Morbach a Argus.
El CCS podría ser clave para el proceso de transición energética de Brasil, afirmó. «Los proyectos de CCS permiten adaptar las unidades existentes a proyectos de captura y almacenamiento, lo que disminuye los costes de construcción». Además, es una de las pocas formas conocidas de descarbonizar los combustibles fósiles.
Brasil también debería buscar alianzas en el extranjero, ya que el país no produce los equipos necesarios, dijo Morbach, nombrando a Noruega, Reino Unido y Estados Unidos como los socios más probables.