La compañía energética estatal brasileña, Petrobras, une fuerzas con el fabricante químico japonés, Kureha, para desarrollar la captura de carbono en plataformas petrolíferas marinas.
Ambas partes esperan crear una nueva forma de capturar el gas de efecto invernadero (GEI) y utilizarlo para fabricar diferentes productos valiosos, como baterías y piezas de automóviles.
Kureha va a empezar a fabricar un nuevo catalizador este año en sus instalaciones de investigación de Japón, junto con su socio, el Instituto Tecnológico Kitami.
El año que viene, la empresa prevé poder demostrar un prototipo a pequeña escala del dispositivo, que posteriormente podrá probarse en una plataforma petrolífera operada por Petrobras frente a las costas de Brasil.
De este modo, Kureha pretende que su tecnología esté disponible comercialmente en los años que faltan hasta 2030, lo que está en consonancia con la estrategia de la empresa de lograr emisiones netas cero a mediados de siglo.
Si las pruebas tienen éxito, es probable que el gigante brasileño del petróleo y el gas utilice la solución de Kureha para reducir las emisiones de CO2 de sus operaciones.
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El atractivo de este planteamiento reside en gran medida en que es un ejemplo de captura y utilización de carbono (CCU), que no solo elimina la tarea de almacenar permanentemente las emisiones capturadas, sino que además da lugar a productos útiles.
En concreto, al separar el carbono del gas natural, que es un subproducto típico de las plataformas petrolíferas, se puede convertir en polvo y transportarlo fácilmente a diferentes instalaciones para su uso posterior.
El carbono en polvo puede utilizarse después para fabricar nanotubos de carbono, que se emplean en diversos dispositivos electrónicos, baterías e incluso piezas de automóvil.
El proceso de Kureha consistirá en extraer primero el metano del gas natural emitido en las plataformas petrolíferas marinas, un gas mucho más potente que el CO2 por su capacidad de calentar el planeta.
Posteriormente, el nuevo catalizador de la empresa entra en juego para descomponer el metano en hidrógeno y carbono.