El futuro del hidrógeno bajo en carbono depende de que los responsables políticos mundiales introduzcan normativas y subvenciones que se centren en la intensidad de carbono del vector producido y no en su color, según el informe Horizons de Wood Mackenzie «Over the rainbow: Why understanding full value-chain carbon intensity is trumping the color of hydrogen.»
«El impulso para medir mejor los esfuerzos para reducir las emisiones a nivel mundial está poniendo de relieve la intensidad de carbono precisa de las diferentes fuentes de suministro de hidrógeno», indicó Flor De La Cruz, autora del informe.
«Debido a su potencial para suministrar hidrógeno casi libre de carbono, el hidrógeno verde es el que más interés está suscitando en la industria, pero es importante que los exportadores y desarrolladores examinen más detenidamente toda la cadena de valor a medida que se establece una mayor regulación», agregó.
«En el caso del hidrógeno verde, casi todas las emisiones son atribuibles a la electricidad utilizada por el electrolizador. En principio, sólo debería llamarse «verde» si utiliza energía 100% renovable», indica el informe.
«Sin embargo, la variabilidad de las energías renovables hace que múltiples proyectos de hidrógeno electrolítico estén planificando conexiones a la red para maximizar la utilización de los electrolizadores y reducir los costes unitarios del hidrógeno. Sin embargo, si la disponibilidad de energía renovable es limitada, existe un alto riesgo de que los proyectos de hidrógeno ecológico necesiten conectarse a redes con una intensidad de carbono muy elevada», agrega el reporte.
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Detalles del reporte
Según el modelo de emisiones de la cadena de valor del hidrógeno de Wood Mackenzie, las emisiones del hidrógeno verde producido al 100% con energía de la red podrían alcanzar los 50 kilogramos de CO2 equivalente por kilogramo de hidrógeno (kgCO2e/kgH2) si el electrolizador se conecta a una red alimentada por combustibles fósiles.
En la actualidad, se espera que al menos el 30% de los 565 gigavatios de electrolizadores (Gwe) de proyectos de hidrógeno verde anunciados u operativos estén conectados a la red, como muestra el rastreador de proyectos de hidrógeno Lens de Wood Mackenzie, señala el reporte.
En el caso del hidrógeno azul, las emisiones pueden proceder de la producción previa de gas natural, el transporte, el reformado y el uso de energía y, en principio, casi todas estas emisiones pueden capturarse y almacenarse, dijo Wood Mackenzie, pero señaló que capturar más del 60% del dióxido de carbono de la producción de hidrógeno es costoso y aún no se ha demostrado a escala.
La intensidad de carbono del hidrógeno no se limita a su producción, según el informe, que subraya la importancia de conocer las emisiones de todo su ciclo de vida, incluido el procesamiento del amoníaco y el transporte.
Según el informe, para los futuros promotores y compradores de hidrógeno azul y verde, es fundamental considerar estrategias de reducción de emisiones en cada paso de la cadena de valor, y las emisiones procedentes del transporte y el procesamiento pueden marcar una diferencia decisiva a la hora de determinar si las fuentes de hidrógeno pueden cumplir los requisitos normativos.
«Si se requiere transporte, las emisiones de la producción de hidrógeno solo cuentan una parte de la historia, ya que en el resto de la cadena de valor se producen emisiones no contabilizadas, a menudo sustanciales. Por ejemplo, cualquier comercio futuro de hidrógeno entre Australia y el noreste de Asia o entre Medio Oriente y Europa requiere el transporte de hidrógeno a través de distancias significativas»
Flor De La Cruz, autora del informe