El Ministerio de Minas y Energía (MME) y la Empresa de Investigación Energética (EPE) entienden que Brasil debe seguir invirtiendo en exploración y producción de petróleo para alcanzar los objetivos de neutralidad de carbono en 2050.
Según un nuevo estudio realizado por la EPE, la demanda nacional de derivados de petróleo está creciendo y se mantendrá por encima de los 3 millones de barriles diarios (bpd) en 2050, en todas las trayectorias evaluadas.
En la trayectoria con mayor promoción de los biocarburantes, estos podrían desplazar más de un millón de bpd de petróleo en 2050, pero la demanda nacional de derivados del petróleo seguirá creciendo en 700.000 bpd hasta 2050.
«Necesitamos reducir la demanda, no la producción de petróleo», afirmó Pietro Mendes, secretario de petróleo, gas natural y biocombustibles del MME, según una nota publicada por epbr. De hecho, las emisiones de Brasil relacionadas con la energía representaron solo el 1% del total mundial.
La advertencia es que si el país opta por suspender las nuevas inversiones en exploración y producción (EyP), y la demanda continúa, Brasil podría depender de las importaciones de petróleo en el futuro. Y de un petróleo «más sucio».
«En otras palabras, vamos a acabar importando petróleo de un país que produce una huella de carbono mayor que si utilizáramos petróleo producido aquí», afirmó Mendes.
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Producir para financiar
La tasa de emisiones de CO2 del petróleo producido en Brasil, especialmente en los yacimientos del presal, es relativamente baja si se compara con la del petróleo producido en todo el mundo. Además, países como el Reino Unido, Canadá, China y Noruega siguen adelante con nuevos proyectos de exploración.
Lo más importante, según Mendes, es reducir el consumo interno de petróleo, no la producción, para alcanzar los objetivos de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de Brasil en el marco del Acuerdo de París.
«Tenemos que desmitificar un poco la cuestión de las NDC de Brasil. Que se pueden cumplir, no se trata de parar, de reducir a cero por completo la producción de petróleo, eso no es necesario», dijo el secretario.
También menciona la importancia de utilizar los registros de producción de petróleo para financiar proyectos de transición energética, como ocurre en Noruega. El segmento de EyP es el principal financiador de la inversión en las tecnologías necesarias para la transición energética.
Por su parte, el secretario de transición y planificación energética del MME, Thiago Barral, indicó que «El futuro tiene muchas incertidumbres, muchos riesgos. Tenemos que tomar decisiones que sean capaces de minimizar los arrepentimientos de las decisiones que tomemos, porque el futuro es incierto».
Barral anunció planes para crear el Foro Nacional de Transición Energética (Fonte) y el Plan Nacional de Transición Energética (Plante), que involucrarán a diversos actores de la sociedad para debatir la cuestión, teniendo en cuenta el impacto social de la transición y la seguridad energética.
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