La empresa mundial de minería y metales, Rio Tinto, anunció planes para desarrollar una nueva instalación en Australia Occidental, destinada a probar la eficacia de un nuevo proceso de fabricación de hierro con bajas emisiones de carbono, que incluye una planta piloto para probar la producción a escala semiindustrial.
Rio Tinto prevé invertir 143 millones de dólares (215 millones de dólares australianos) en el proyecto, que, según la empresa, contribuirá a la descarbonización de la cadena de valor del acero.
La siderurgia es uno de los mayores emisores de CO2 del mundo, y las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) del sector representan entre el 7% y el 9% de las emisiones directas derivadas del uso mundial de combustibles fósiles.
Rio Tinto se ha fijado objetivos climáticos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 15% para 2025 y en un 50% para 2030, y alcanzar el objetivo de cero emisiones netas para 2050. La siderurgia representa casi el 70% de las emisiones de alcance 3 de la empresa.
«El mundo necesita un acero con bajas emisiones de carbono para llegar a un balance neto cero, y estamos trabajando para hacerlo realidad encontrando mejores formas de convertir nuestros minerales de Pilbara en acero»
Simon Trott, CEO de Rio Tinto Iron Ore
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Biolron: Nuevo proceso de bajas emisiones
El nuevo proceso de fabricación de hierro con bajas emisiones de carbono, BioIron, fue inventado por el equipo de descarbonización del acero de Rio Tinto, y utiliza biomasa bruta y energía de microondas en lugar de carbón para convertir el mineral de hierro de Pilbara en hierro metálico en el proceso de fabricación del acero.
En el proceso, los finos de mineral de hierro se mezclan con materia prima de biomasa, como residuos agrícolas, y se calientan utilizando una combinación de gas liberado por la biomasa y microondas de alta eficiencia alimentadas por energía renovable, para crear hierro metálico.
Según Rio Tinto, cuando se combina con el uso de energía renovable y la circulación de carbono por la biomasa de crecimiento rápido, el BioIron tiene el potencial de reducir las emisiones de carbono hasta en 95% en comparación con el método actual de altos hornos. Además, utiliza menos de un tercio de la electricidad que otras tecnologías, como las que emplean hidrógeno.
De acuedo a la empresa, será la primera vez que el nuevo proceso siderúrgico se ensaye a escala semi-industrial.
La nueva instalación, diez veces mayor que su predecesora en Alemania, es capaz de producir una tonelada de hierro de reducción directa por hora. El proyecto también proporcionará datos que servirán para ampliar la tecnología a una planta de demostración más grande.
La fabricación de los equipos comenzará este año y su puesta en marcha está prevista para 2026.