El descubrimiento de «oxígeno oscuro» (dark oxygen) producido por nódulos polimetálicos a unos 4.000 metros bajo el nivel del mar se anuncia como un gran avance científico. Sin embargo, el descubrimiento significa que las explotaciones mineras en aguas profundas podrían detenerse antes incluso de haber comenzado.
Leticia Carvalho, jefa del Departamento de Asuntos Marinos y de Agua Dulce de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y candidata a dirigir la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), organismo regulador respaldado por la ONU, se pronunció recientemente sobre el tema.
Ha explicado que no se debe conceder una licencia de explotación minera a ninguna empresa antes de que existan salvaguardias claras, dado que la explotación no regulada de los fondos oceánicos puede causar «daños» potenciales a estos ecosistemas de aguas profundas recién identificados.
«Yo diría que hay que centrarse y dar prioridad a las normas, reglamentos y procedimientos para la minería, que son los elementos centrales del código minero», dijo Carvalho en una entrevista concedida al medio estadounidense Mongabay.
Por su parte, activistas ecologistas como Greenpeace han sacado partido de los hallazgos, citándolos como prueba de los peligros desconocidos de la explotación minera de los fondos marinos.
Greenpeace explicó que lleva mucho tiempo afirmando que «no debería permitirse que esta nueva industria extractiva minera se inicie en las profundidades oceánicas, ya que la vida en ellas es muy poco conocida, y los ecosistemas son frágiles y potencialmente vitales para la salud del océano y de toda la vida en la Tierra».
También te puede interesar: Maersk se une a estudio para explorar el potencial de los portacontenedores nucleares
A favor
The Metals Company rebatió este nuevo descubrimiento, y el gigante minero canadiense ya tiene planes para presentar las primeras solicitudes de licencias mineras ante la ISA para iniciar operaciones de extracción en aguas profundas en aguas internacionales. El objetivo es producir metales a finales de 2024.
Los defensores de la minería de aguas profundas sostienen que es la única solución para disminuir el dominio de China en el suministro de materiales críticos utilizados en las tecnologías de energía limpia. El níquel, el cobalto y el cobre se han identificado como materiales de interés en las zonas mineras de aguas profundas.
Algunos defensores sostienen incluso que el daño medioambiental de la minería de aguas profundas es menor que el de la minería terrestre.
Según varios informes, el secretario general de la ISA, Michael Lodge, afirmó que el organismo regulador sigue en vías de publicar un reglamento para la minería de los fondos marinos en 2025, pero también argumentó que impedir totalmente la minería de los fondos marinos sería «contrario a la ciencia, al conocimiento, al desarrollo y al derecho internacional».
Otras posturas
En Nueva Zelanda, el Gobierno está estudiando una segunda solicitud de explotación minera de aguas profundas frente a su costa occidental. La noticia, anunciada el mes pasado, fue recibida con duras críticas por parte de grupos ecologistas.
En Brasil, país de origen de Carvalho, ya está en vigor una pausa cautelar de diez años para la explotación minera de los fondos marinos.
El Gobierno de Austria anunció en la reunión de la Asamblea de la ISA celebrada en Kingston, Jamaica, que apoya una pausa cautelar en la explotación minera de los fondos marinos. La decisión se tomó ante la falta de información científica necesaria para justificar la explotación minera tras el descubrimiento de oxígeno oscuro.
La organización de conservación marina OceanCare reveló que más de 30 países se han unido a actores de la ciencia, las empresas, las finanzas y la sociedad civil para pedir una pausa cautelar en la minería de aguas profundas.
«Los países que aún no lo han hecho deberían seguir a Austria y a los más de 30 gobiernos restantes en su resistencia a las presiones de un pequeño grupo de Estados y empresas mineras que abogan por proseguir con esta actividad altamente arriesgada y destructiva»
Nicolas Entrup, director de relaciones internacionales de OceanCare