Durante la London Climate Action Week, la Green Hydrogen Organisation (GH2) y Argus Media presentaron el informe “In Search of the Real Price of Blue Hydrogen», que cuestiona la narrativa dominante sobre el supuesto bajo costo del hidrógeno azul.
El documento fue lanzado el 23 de junio de 2025 y busca desmitificar afirmaciones frecuentes en medios y discursos políticos que presentan al hidrógeno azul como una solución económica y climáticamente viable.
Los autores del informe advierten que muchas estimaciones actuales ignoran variables críticas como la eficiencia de captura de carbono, las fugas de metano y los costos reales de almacenamiento permanente de CO2.
En consecuencia, el precio que se difunde públicamente no refleja el verdadero impacto ambiental ni económico de este tipo de hidrógeno.
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¿Qué condiciones debe cumplir para ser realmente limpio?
El informe establece que para que el hidrógeno azul sea considerado verdaderamente bajo en carbono, debe cumplir con estándares técnicos rigurosos:
- Uso de tecnologías como Autothermal Reforming (ATR), más eficientes que el reformado tradicional.
- Captura de al menos el 95% del CO2 generado durante el proceso.
- Cero fugas de metano, un gas con potencial de calentamiento global mucho mayor que el CO2.
- Almacenamiento permanente, seguro y verificado del carbono capturado.
Sin estos requisitos, el hidrógeno azul no puede competir ambientalmente con el hidrógeno verde, y su precio no refleja los costos reales de mitigación climática.
El informe también destaca que muchos proyectos de hidrógeno azul han sido cancelados o suspendidos, como el caso de BP en Indiana, EE.UU., debido a dudas sobre su viabilidad económica y ambiental.
Además, indica que las estimaciones de costos varían ampliamente. Algunos estudios sitúan el precio entre USD 2,8 y 3,5 por kg, dependiendo del precio del gas natural, y señala que la falta de estándares globales dificulta la comparación entre proyectos, tecnologías y regiones.
Si bien se publicitan cifras en torno a USD 1,5 por kg, estas muchas veces excluyen los gastos ocultos relacionados con tecnologías de captura, tratamiento y almacenamiento del carbono, además de los riesgos por volatilidad en el precio del gas natural.
Por otra parte, el informe dice que el hidrógeno azul depende de un mercado de gas natural volátil y contaminante, lo que pone en duda su sostenibilidad a largo plazo.
Un llamado urgente
GH2 y Argus Media instan a los actores públicos y privados a evitar afirmaciones simplistas sobre el hidrógeno azul sin respaldo técnico; citar fuentes verificables al hablar de costos y emisiones, y promover una regulación clara y verificación independiente para evitar el “greenwashing” energético.
Una de las principales recomendaciones del informe es la creación de normas internacionales claras para clasificar y validar los diferentes tipos de hidrógeno.
En la actualidad, muchas etiquetas de “hidrógeno limpio” carecen de fundamento técnico uniforme, lo que permite el uso de esa denominación con criterios laxos, promoviendo el llamado greenwashing energético.
El informe también propone que los subsidios y políticas públicas se orienten hacia tecnologías que garanticen reducciones reales de emisiones, en lugar de soluciones que solo aparentan ser limpias.
El debate sobre el hidrógeno azul se intensifica justo cuando muchos países están definiendo sus estrategias nacionales de hidrógeno para cumplir con sus metas climáticas.
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