La comprensión básica del hidrógeno como portador de energía y la semántica que hay detrás de sus distintos nombres, requiere respuestas a dos preguntas esenciales: ¿qué es y cómo es su producción?
El hidrógeno es un portador y no de energía, ya que requiere una fuente primaria para producirse, como lo son la solar, eléctrica, hidráulica, nuclear o de gas. Y son los detalles del proceso de producción, incluidas las distintas fuentes que utilizan, las que determinan si el hidrógeno se llamará verde o azul. O gris, rosa o amarillo.
Hidrógeno gris: A partir de combustibles fósiles
Se deriva del gas natural y se produce a partir de combustibles fósiles, por lo que es la forma menos renovable. La mayor parte del hidrógeno que se produce hoy en día es gris. Es relativamente barato, y se utiliza habitualmente en la industria química para fabricar fertilizantes y para refinar petróleo.
El hidrógeno gris se produce reformando el gas natural, una técnica de procesamiento que se utiliza para reorganizar la estructura molecular de los hidrocarburos.
Hidrógeno verde: La electrólisis como clave
Se produce al dividir el agua por electrólisis, y solo se origina hidrógeno y oxígeno; se toma el hidrógeno y se expulsa el oxígeno a la atmósfera sin ningún impacto negativo.
Para lograr la electrólisis se requiere electricidad como fuente de energía, que para ser verde, se alimenta de renovables, como la eólica o la solar, lo que hace que el hidrógeno verde sea la opción más limpia: procedente de fuentes de energía.
Hidrógeno azul: Capturar el carbono
Tiene la misma técnica de procesamiento químico utilizado para fabricar hidrógeno gris, pero con la gran diferencia que se gestiona el CO2 expulsado, y no se libera al medio ambiente. Se captura en las instalaciones de producción y se almacena por separado.
Esta tecnología de producción se conoce como Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS). Sin embargo, el almacenamiento es costoso y presenta dificultades logísticas.
El hidrógeno azul está atrayendo la atención como una alternativa realista porque tiene un impacto de CO2 en el medio ambiente significativamente menor que el hidrógeno gris, lo que lo hace más sostenible en general.
El proceso no elimina por completo las emisiones de carbono a la atmósfera, por lo que puede ser más ecológico que el hidrógeno gris, pero no es en absoluto perfecto.
¿El futuro es multicolor?
También existen dos tipos de hidrógeno renovables, que poco a poco van tomando importancia, como lo son el hidrógeno rosa y el hidrógeno amarillo.
El hidrógeno rosa se produce por electrólisis, pero utilizando la energía nuclear como fuente de energía, mientras que el amarillo es fabricado por electrólisis, pero teniendo la energía solar como única fuente primaria (a diferencia del verde, que podría utilizar una combinación de fuentes, como la eólica o la solar).
El hidrógeno es una opción clara para el presente y el futuro, con una transición desde el gris, hasta sus distintas opciones y usos para satisfacer la demanda mundial de energía, y así alcanzar los objetivos mundiales de eficiencia.
Con información de Petrofac y Energy Tracker
Redacción | Antonio Vilela