El gas natural licuado (GNL) se ha convertido en un combustible marítimo más barato que el fuel-oil de muy bajo azufre (VLSFO), según el último análisis realizado por la consultora danesa Sea-Intelligence.
Para cumplir la normativa IMO2020 destinada a reducir las emisiones de azufre, los armadores podían elegir entre VLSFO, GNL o depuradores (encargados de «lavar» los gases de escape a través de una nube de agua, eliminando los óxidos de azufre, o SOx y reduciendo las emisiones nocivas generadas por la quema de combustible).
«Todas eran opciones viables, pero no estaba nada claro cuál era la ‘correcta’. A medida que evolucionaba el mercado, vimos primero un repunte de los precios del VLSFO, lo que sugería que los depuradores eran una buena opción. Después, la prima bajó y los depuradores no eran tan buena idea. A continuación, volvió a subir, lo que reforzó su conveniencia», explicó Alan Murphy, CEO de Sea-Intelligence.
«Con la guerra en Ucrania, los precios del GNL se dispararon hasta niveles extremos. Ahora, están llegando a un punto en el que es más barato que el VLSFO. El GNL debe compararse con los precios del VLSFO, ya que es un combustible que también se adhiere a la regulación de bajo azufre IMO2020, sin que el buque tenga que instalar un depurador», agregó Murphy.
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Comparativa
A falta de precios mundiales del GNL públicamente disponibles, la consultora utilizó los precios de Rotterdam como aproximación. El análisis comparó los precios de IFO380 en Rotterdam con la media mundial de IFO380, y estableció una equivalencia.
No obstante, el precio del combustible en Rotterdam suele ser inferior a la media mundial. En la primera quincena de julio de 2023, este descuento en el precio en Rotterdam fue de una media de 34 dólares/tonelada.
«Incluso teniendo en cuenta el descuento de 34 dólares/tonelada, es evidente que nos encontramos en una situación en la que el uso de GNL es económicamente ventajoso en comparación con el combustible VLSFO«, dijo Murphy.
El GNL produce emisiones significativamente menores de gases de efecto invernadero, óxidos de azufre y partículas en comparación con los combustibles convencionales, lo que lo convierte en una opción atractiva para los esfuerzos de descarbonización.
Desventajas
El GNL también tiene algunas desventajas en el camino hacia la consecución de emisiones netas cero en el sector del transporte marítimo, ya que aunque produce menos emisiones de CO2 que los combustibles convencionales, sigue siendo un combustible fósil y emite cantidades significativas de gases de efecto invernadero cuando se quema.
Según Offshore Energy, el GNL se compone principalmente de metano, un potente gas de efecto invernadero que es significativamente más potente que el CO2 en cuanto a su potencial de calentamiento a corto plazo.
Además, durante la producción, el transporte y la manipulación del GNL, pueden producirse fugas de metano, lo que contrarresta los posibles beneficios climáticos de su uso como combustible marítimo.
Offshore Energy señala que aunque la infraestructura de abastecimiento del vector se está ampliando, sigue siendo relativamente limitada en comparación con las opciones tradicionales, lo que limita la accesibilidad para los buques, especialmente en regiones remotas o menos desarrolladas, obstaculizando la adopción generalizada del combustible.
Por ello, la industria marítima tendrá que buscar alternativas al GNL con bajas emisiones de carbono, como el Bio-LNG y el GNL renovable.
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