A pesar de la fuerte promoción del hidrógeno por parte de la Unión Europea (UE) en su «agenda verde» y sus ambiciones de producción neta cero, el sector atraviesa dificultades, con numerosas cancelaciones y retrasos de proyectos.
Según un estudio de Westwood Insight, empresa de inteligencia e investigación del mercado de la energía, algo más del 20% de los proyectos en curso se han desechado o paralizado, con 23 proyectos cancelados o paralizados en 11 de los principales países europeos.
Combinados, dichos proyectos cancelados representan una capacidad de energía verde perdida de 29 gigavatios, o el 20% de todos los proyectos de hidrógeno en curso en la UE, según nota publicada en Brussels Signal.
Las tres razones principales fueron «los elevados costos y los retos económicos, la imposibilidad de obtener financiación y la falta de demanda», a pesar de la abundante financiación de la Unión Europea y los gobiernos nacionales.
Según un análisis de Bloomberg, el hidrógeno verde está aún lejos de ser competitivo en comparación con las alternativas fósiles, y los precios seguirán siendo altos.
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Problemas en la demanda
La revista de noticias sueca Affärs Världen señaló que la empresa noruega NEL, uno de los principales fabricantes mundiales de electrolizadores para la producción del vector, detuvo temporalmente la producción por falta de demanda.
Desde mayo del año pasado, las acciones de NEL se han desplomado más de 70% en la Bolsa de Oslo, y NEL no está ni mucho menos sola; muchas otras empresas están cancelando o reduciendo proyectos, como Repsol, Neste, Shell, Equinor, Uniper y BP.
Al cerrar su proyecto «Hidrógeno limpio para Europa» en septiembre, los representantes de Shell y Equinor dijeron que «no había mercado», a pesar de que su proyecto noruego pretendía transportar hidrógeno por tuberías hasta Alemania, un país muy necesitado de energía.
Las malas noticias para el hidrógeno llegan a pesar de la estrategia de la Comisión Europea (CE) para una Europa climáticamente neutra, presentada en 2020, en la que la CE elogiaba al hidrógeno por estar libre de emisiones.
La CE calificó el hidrógeno de «esencial para apoyar el compromiso de la UE de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 y para el esfuerzo global de aplicar el Acuerdo de París mientras se trabaja hacia la contaminación cero».
Con el Banco Europeo del Hidrógeno, la UE ofreció 3.000 millones de euros en subvenciones para apoyar la producción de hidrógeno renovable.
Algunos Estados miembros prometieron aportar hasta 1.400 millones de euros de financiación pública para el proyecto Hy2Move, un importante proyecto de interés común europeo («IPCEI») que trabaja para apoyar la cadena de valor del hidrógeno.
Los Estados miembros también prometieron 6.900 millones de euros para Hy2Infra, un IPCEI de apoyo a la infraestructura del hidrógeno en 2024.
Incertidumbres
ACER, el propio regulador energético de la UE, afirmó en un informe de noviembre de 2024 que «es probable que Europa no alcance sus objetivos de hidrógeno renovable para 2030».
«A pesar de las ambiciosas estrategias de la UE, los proyectos de hidrógeno se enfrentan a riesgos derivados de la incertidumbre sobre la futura demanda de hidrógeno y de los elevados costos», escribió ACER.
Según el regulador, otras cuestiones problemáticas eran las incertidumbres sobre la infraestructura que se está construyendo y la falta de una planificación integrada, y señaló que la UE aspira a utilizar 20 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030. En la actualidad, utiliza 7,2 millones de toneladas de hidrógeno, pero el 99,7% es de origen fósil.
Esto se debe a que el hidrógeno renovable producido mediante electrólisis es de tres a cuatro veces más caro que el producido a partir de gas natural, según el regulador energético europeo, lo que lo convierte de hecho en una de las formas más caras de reducir las emisiones de carbono.
A diferencia de la evolución de los parques eólicos o los paneles solares, el precio de la energía procedente del hidrógeno ha aumentado y se prevé que siga subiendo en 2025, ya que su producción depende de grandes cantidades de electricidad, que es cara en Europa.
Según Payal Kaur, analista de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), el hidrógeno verde podría llegar a ser competitivo en China, India y Texas, gracias a unas condiciones favorables para la expansión de las energías renovables y a unos costes de producción más bajos.
En una respuesta a Brussels Signal, un portavoz de la Comisión indicó que tenían una opinión diferente sobre el asunto.