En la actualidad, la electricidad cubre alrededor del 20% de la demanda energética mundial, y en los próximos 30 años, casi todo lo que pueda electrificarse lo hará. La «Perspectiva de la Transición Energética» de Wood Mackenzie prevé que la necesidad de generación de electricidad se multiplique por 1,7 desde los niveles actuales hasta 48 PWh en 2050. La cuota de la electricidad en el mix energético podría más que duplicarse hasta el 50%.
Según el reporte «La opción nuclear: La viabilidad de la nueva energía nuclear en la transición energética» de Wood Mackenzie señala que esta energía debería desempeñar un papel central en la descarbonización de muchos países.
De acuerdo a la firma de investigación, la capacidad nuclear aumenta 280 GW para 2050, pero según su «Escenario de Compromisos Globales«, coherente con una trayectoria de calentamiento de 2°C, se requiere triplicar la capacidad nuclear.
Además, indica que el mayor obstáculo económico para la adopción de los reactores nucleares más modernos y los reactores modulares pequeños (SMR) es el costo.
En la actualidad, la energía nuclear cubre alrededor del 5% de la demanda mundial de energía primaria y el 9% de la producción eléctrica. Los mayores parques, por orden de magnitud, se encuentran en Estados Unidos, Francia, China, Japón y Rusia. Francia, sin embargo, es el líder del sector, ya que depende de la energía nuclear para más del 70% de su suministro eléctrico.
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Actualidad
La inversión en nuevas centrales nucleares convencionales se ha estancado en la mayoría de los países este siglo. El desastre de Fukushima-Daiichi en 2011 hizo que Japón y Corea del Sur pusieran en pausa futuras inversiones nucleares, y contribuyó al abandono progresivo de la energía nuclear en Alemania, donde el último reactor se cerró en abril de 2023.
En EE.UU., la revolución del gas no convencional y el descenso de los costos de la energía eólica y solar han dificultado la competencia de la energía nuclear. Desde finales de 2017 se han retirado 4 GW de capacidad y hay más en el punto de mira.
Los pocos proyectos construidos o en construcción en Europa y Estados Unidos recientemente, incluidos Olkiluoto 3 en Finlandia, Flamanville en Francia, Hinkley en el Reino Unido y Vogtle en Estados Unidos, han sufrido sobrecostos y retrasos en la puesta en marcha.
Por su parte, China, con la tercera flota más grande del mundo, se ha resistido a la tendencia, y si consigue aumentar su capacidad de 50 GW a 70 GW en 2025, como tiene previsto, ocupará el segundo puesto en la clasificación mundial.
La seguridad energética, la reducción de la dependencia del carbón y la relativa competitividad con el gas natural sustentan nuestras previsiones nucleares para China. Un reactor nuclear chino cuesta aproximadamente un 50% menos que un reactor similar en Europa, en gran parte debido a las políticas gubernamentales de apoyo que establecen plazos de construcción claros.
La clave: Reducción de costos
Los elevados costos son sin duda el mayor impedimento para el renacimiento de la energía nuclear. Según estimaciones de Wood Mackenzie, la energía nuclear convencional tiene actualmente un costo nivelado de la electricidad (LCOE) al menos cuatro veces superior al de la eólica y la solar.
La ampliación de la escala dependerá de la rapidez con que se reduzcan los costos hasta un nivel competitivo con otras formas de generación. Los modelos de Wood Mackenzie muestran que, si los costos caen hasta los $120 /MWh en 2030, los pequeños reactores modulares (SMR) serán competitivos con la energía nuclear de reactores de agua a presión (PWR), el gas y el carbón en algunas regiones del mundo.
Si los precios siguen bajando entre 2040 y 2050, mejorará la rentabilidad, y la firma indica que su previsión de precios del carbono para Europa será de $140 por tonelada en 2030 y $177 por tonelada en 2050.
Wood Mackenzie estima que al menos entre 10 y 15 proyectos, de entre 3.000 y 4.500 MW de capacidad para un SMR estándar de 300 MW, deben estar en fase de desarrollo entre 2030 y 2040. A estos niveles, podrían desbloquearse economías de escala en toda la cadena de suministro nuclear, según las investigaciones del Departamento de Energía de Estados Unidos.
Con dicho nivel de actividad, la industria mundial empezaría a recuperar el impulso que tuvo durante la última fase de crecimiento nuclear, de 1970 a 1990. En comparación, la eólica y la solar necesitaron entre 10 y 15 años, miles de proyectos y un apoyo continuado de las políticas públicas para superar a la generación térmica.
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