Muchas comunidades con deficiencias energéticas se encuentran lejos de los yacimientos de gas, y su vez, los gasoductos para el transporte son costosos de construir, y muchas veces poco prácticos, por lo que una solución es el gas que puede ser enfriado hasta ser convertido en líquido, reduciendo su volumen como Gas Natural Licuado (GNL) para que sea más fácil y seguro almacenarlo, como también para su exportación.
El GNL es un líquido transparente, incoloro y no tóxico que se forma cuando el gas natural se enfría a -162ºC, reduciendo su volumen 600 veces, lo que hace más fácil y seguro su almacenamiento y transporte. En su estado líquido, el GNL no se enciende, y se puede volver a convertir en su forma gaseosa aumentando la temperatura.
El GNL (o LNG, por sus siglas en inglés) es más práctico que el gas licuado de petróleo y otros combustibles de su tipo, sobre todo para su uso en grandes volúmenes, pues posee la misma composición química que el gas natural. Este hecho y la creciente demanda de gas natural, han estimulado su producción.
Un rol clave
En Arzew, Argelia, se instaló la primera planta comercial de licuefacción de GNL en 1964, con la participación de la anglo-holandesa Shell, y ese mismo año se envió el primer cargamento comercial desde ese país hasta el Reino Unido, iniciando el comercio mundial actual.
El GNL está desempeñando rápidamente un papel más importante en la combinación energética. El comercio aumentó de 100 millones de toneladas en el año 2000 a casi 300 millones de toneladas en 2017. En comparación, sólo 80.000 toneladas de GNL fueron enviadas por dos transportistas en 1964, el primer año del comercio de GNL.
La tecnología del GNL ha permitido utilizar el gas natural de zonas remotas del mundo donde antes no tenía uso comercial y se quemaba. Buques cisternas especiales, conocidas como buques de transporte de GNL equipados con tanques criogénicos bajo cero, lo transportan desde países como Qatar, Australia, Indonesia y Argelia hasta los mercados de China, Europa y Japón.
Cuando el GNL llega a su destino, se convierte en gas en las plantas de regasificación. A continuación, se transporta a los hogares, las empresas y las industrias, donde se quema para obtener calor o generar electricidad. El GNL también está surgiendo como un combustible de transporte más limpio y competitivo en costos, especialmente para el marítimo y el pesado por carreteras.
Usos del GNL
La mayor aplicación del GNL es como combustible para la generación de energía eléctrica, y le siguen los usos industriales, domésticos y comerciales, principalmente como fuente de energía, pero también, por ejemplo, como materia prima para productos químicos.
A lo largo de los años se han desarrollado varias aplicaciones especializadas. Las características de combustión limpia del gas natural lo han convertido en una opción frecuente como combustible para el transporte, aunque emite el gas de efecto invernadero, dióxido de carbono.
Más de la mitad del suministro mundial de amoníaco se fabrica mediante un proceso catalítico que utiliza hidrógeno derivado del metano, que se usa directamente como alimento para las plantas o se convierte en una variedad de productos químicos, como el cianuro de hidrógeno, el ácido nítrico, la urea y fertilizantes.
A partir del GNL se puede fabricar una amplia gama de productos químicos mediante un proceso de oxidación controlado; por ejemplo, metanol, propanol y formaldehído, que sirven como materiales básicos.
Con información de Shell.com, EIA y energy.gov
Redacción | Antonio Vilela