El Ministerio Federal de Infraestructuras Digitales y Transporte (BMDV) de Alemania ha suspendido la financiación de todos los nuevos proyectos basados en el hidrógeno.
Esta medida responde a las sospechas de corrupción en la asignación de fondos a proyectos concretos. A algunos altos funcionarios del Ministerio se les han asignado nuevos puestos, mientras se llevan a cabo investigaciones internas.
La introducción y explotación de las dos flotas iniciales de trenes Alstom iLint en Baja Sajonia y Hesse se ha visto afectada por el retraso en la entrega de los trenes y la escasa fiabilidad en condiciones climáticas frías.
Ambos contaron con importantes subvenciones federales cuando se encargaron entre 2017 y 2021, al igual que el tercer proyecto, el despliegue de trenes Siemens Mireo+H en Berlín-Brandemburgo a partir de este mes de diciembre.
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Bajan las ventas
Las ventas de trenes impulsados por hidrógeno en otros países europeos son igualmente bajas, ya que los costos de capital y de funcionamiento de los trenes EMU de batería (BEMU) o de los trenes EMU convencionales son actualmente más baratos.
Alstom realizó demostraciones de sus prototipos iLint en Canadá y Arabia Saudita en 2023, pero aún no ha anunciado ningún pedido fuera de Europa.
La suspensión de la financiación plantea dudas sobre la viabilidad de los trenes de hidrógeno en Alemania, ya que varias autoridades de transporte estatales, entre ellas las de Baja Sajonia, han manifestado su desinterés por llevar a cabo proyectos ferroviarios basados en el hidrógeno, por lo que el futuro de estas iniciativas pende de un hilo.
El retraso en la entrega y los problemas de fiabilidad de las flotas existentes complican aún más el panorama.
Cambio presupuestario
Mientras los proyectos de hidrógeno se enfrentan a una pausa, el presupuesto federal alemán para 2024 señala un cambio estratégico. Se destinan 88,8 millones de euros, 23,8 millones más que en 2023, a la tracción ferroviaria alternativa.
La mayor parte de los fondos se destinarán a la introducción de múltiples flotas de BEMU en toda Alemania y, en concreto, a la instalación de islas de electrificación, que proporcionan energía aérea para la recarga en rutas que, de otro modo, no estarían electrificadas.
Mientras Alemania lidia con las consecuencias de la suspensión de la financiación, la incertidumbre se cierne sobre el sector ferroviario del hidrógeno.
La decisión, aunque plantea retos, también abre oportunidades para una renovada atención a los métodos alternativos de tracción ferroviaria.