Los recientes hallazgos de importantes reservas de hidrógeno blanco en países como Francia, Malí y Albania están marcando el inicio de una competencia internacional por la explotación comercial de este recurso, hasta ahora poco valorado.
Este tipo de hidrógeno, también conocido como hidrógeno natural, se genera de manera espontánea en el subsuelo a través de procesos geológicos, sin necesidad de intervención humana.
A diferencia del hidrógeno verde, que se produce mediante electrólisis usando energías renovables, o del hidrógeno gris, derivado de combustibles fósiles, el hidrógeno blanco es una fuente natural y potencialmente ilimitada, lo que lo convierte en una alternativa atractiva para la transición energética.
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Francia, a la vanguardia
El anuncio de un yacimiento de 46 millones de toneladas en la región francesa de Mosela ha confirmado el creciente interés industrial por este recurso. Con un valor estimado de 92 mil millones de dólares, este descubrimiento pone a Francia a la vanguardia de las reservas identificadas, reforzando su posición estratégica en el sector energético.
Mientras tanto, en Malí, el yacimiento de Bourakébougú, operado por Hydroma desde hace más de 10 años, sigue siendo el único caso exitoso de explotación comercial, produciendo hidrógeno con 98% de pureza para alimentar una central eléctrica local. Este ejemplo ha incentivado a otros países a acelerar sus investigaciones y atraer inversiones.
En Europa, Albania ha dado un paso significativo con el descubrimiento de un depósito de 50 mil toneladas cerca de Bulqizë, en una antigua mina de cromo. Este sitio libera alrededor de 200 toneladas de hidrógeno natural al año, lo que, sumado a su ubicación cercana a mercados clave, podría convertir al país en un actor relevante en este emergente sector.
Por otro lado, Estados Unidos y Australia también están avanzando rápidamente. En Nebraska, la empresa Natural Hydrogen Energy LLC inició un proyecto piloto de perforación, mientras que Australia ya ha otorgado decenas de permisos de exploración, evidenciando su intención de liderar este mercado.
Otras regiones, como Brasil, Namibia e Islandia, también han reportado indicios prometedores de reservas de hidrógeno blanco, lo que ha aumentado las expectativas sobre su potencial global. Sin embargo, aún se requieren más estudios geológicos para confirmar la viabilidad y el alcance real de estos yacimientos.
Conocimientos y oportunidades
A medida que crece el interés, la comunidad científica y las empresas energéticas están centrando sus esfuerzos en entender mejor los mecanismos de formación y acumulación de este recurso, así como en desarrollar tecnologías para su extracción eficiente.
El hidrógeno blanco representa una oportunidad única para diversificar la matriz energética mundial, ya que su producción no genera emisiones de carbono y podría obtenerse a gran escala.
A diferencia de otros tipos de hidrógeno, su existencia natural elimina la necesidad de costosos procesos industriales para su generación, lo que reduciría significativamente su precio final. Pero, aún quedan desafíos por superar, como la identificación de reservas explotables y el desarrollo de infraestructura adecuada para su transporte y almacenamiento.
En este contexto, la próxima década será crucial para determinar el verdadero impacto del hidrógeno blanco en la transición energética global. Si las exploraciones confirman su potencial, este recurso podría redefinir el panorama energético, ofreciendo una solución limpia, económica y sostenible para satisfacer la creciente demanda mundial de energía.
Por ahora, la carrera por su explotación ya está en marcha, y los países que logren dominar esta tecnología podrían posicionarse como líderes en la economía del futuro.