El presidente Luiz Inácio Lula da Silva promulgó ayer la Ley 14.990/2024, que destina 18.300 millones de reales a un programa de concesión de créditos fiscales para la producción y el consumo de hidrógeno en Brasil, según informó Eixos.
El Programa de Desarrollo del Hidrógeno Bajo en Carbono (PHBC) es la última parte del marco legal creado por el Congreso este año. En agosto, Lula vetó la creación del PHBC en el texto original, debido a defectos en la redacción final del proyecto de ley enviado para sanción.
El gobierno de Brasil pretende concluir las primeras etapas de la reglamentación antes de diciembre. Además del PHBC, el marco crea el Régimen Especial de Incentivos a la Producción de Hidrógeno con Bajas Emisiones de Carbono (Rehidro).
Entre 2025 y 2030, Rehidro ofrecerá incentivos fiscales para la producción de hidrógeno bajo en carbono en Brasil, y podrán optar a ellos las empresas que participen en la cadena de valor:
- Actividad de envasado, almacenamiento, transporte, distribución o comercialización de hidrógeno bajo en carbono;
- Generación de electricidad renovable para la producción de hidrógeno bajo en carbono;
- Producción de biocombustibles (etanol, biogás o biometano) para la producción de hidrógeno bajo en carbono.
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Créditos fiscales
El monto total de los créditos fiscales previstos en el PHBC será concedido de 2028 a 2032, totalizando R$18,3 mil millones, distribuidos de forma creciente a lo largo de los años. En 2028, por ejemplo, el límite será de 1.700 millones de reales, hasta alcanzar los 5.000 millones en 2032.
Se pueden conceder créditos fiscales basados en hasta el 100% de la diferencia entre el precio estimado del hidrógeno bajo en carbono y el precio de los combustibles fósiles a los que sustituirá.
Además, el porcentaje de crédito concedido puede ser inversamente proporcional a la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a la producción de hidrógeno. En otras palabras, cuanto menores sean las emisiones de carbono del proyecto, mayor será el beneficio fiscal.
El acceso a los créditos, por tanto, deberá seguir siendo regulado por el gobierno federal para cumplir los objetivos y directrices establecidos en la ley, entre ellos:
- Desarrollar hidrógeno bajo en carbono e hidrógeno renovable;
- Aplicar incentivos para la descarbonización con el uso de hidrógeno de bajas emisiones en sectores industriales difíciles de descarbonizar, como fertilizantes, acero, cemento, productos químicos y petroquímicos;
- Promover el uso de hidrógeno bajo en carbono en el transporte pesado.
El reglamento deja abierta la posibilidad de diferentes rutas de producción en Brasil, siempre que cumplan con el techo de intensidad de 7 kg de CO2 por 1 kg de H2 obtenido, pero prevé la priorización de proyectos con menores emisiones de GEI o mayor potencial de densificación de la cadena de valor nacional.
Este último punto será crucial para definir el rumbo que tomará la industria de Brasil en los próximos años.