El transporte marítimo internacional tiene el potencial de alcanzar emisiones de CO2 cercanas a cero en el ciclo tanque-a-propulsión (TTW) para 2050, además de lograr una reducción del 95% o más en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) desde la fuente hasta el uso (WTW), según un informe elaborado por ERM, UMAS y UCL para el Departamento de Transporte del Reino Unido. Este estudio busca fundamentar políticas de descarbonización marítima.
La investigación utilizó el Modelo Global de Transporte Marítimo de UMAS para evaluar los costos y el impacto de la transición tecnológica en el sector bajo tres escenarios principales:
- Escenario A: Reducciones graduales de emisiones TTW desde 2025.
- Escenario B: Recortes rápidos entre 2025 y 2035 para lograr una reducción acumulada adicional del 10%.
- Escenario C: Postergación de la acción hasta 2030, seguida de una disminución profunda y acelerada para alcanzar el mismo nivel de reducción.
En todos los escenarios, el transporte marítimo internacional consigue cero o casi cero emisiones de CO2 TTW para 2050, junto con reducciones del 95% al 98% en emisiones WTW respecto a los niveles de 2018.
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Camino hacia la descarbonización del transporte
Según el reporte, el costo acumulado de la transición varía. Cada año de retraso añade aproximadamente $100 mil millones al total, según UMAS.
Retrasar la descarbonización hasta 2030 podría generar un cambio tecnológico más disruptivo, con un mayor número de barcos desechados y costos elevados en el proceso de transformación.
El camino más económico hacia la descarbonización contempla el uso generalizado de amoníaco bajo en carbono. Otras opciones, como metanol o hidrógeno de bajas emisiones, podrían lograr resultados similares, pero con costos más altos.
Para que el amoníaco se convierta en el principal combustible del sector marítimo en la década de 2040, la capacidad mundial de producción deberá cuadruplicarse, con tasas de crecimiento anuales que superen los récords históricos. Esto solo será posible si se agilizan inversiones mediante acuerdos normativos sólidos.
UMAS advierte que las políticas centradas únicamente en las emisiones TTW podrían incentivar el uso de gas natural licuado (GNL), que tiene emisiones significativas en su producción y otros GEI.
Por ello, urge modificar la regulación para enfocarse en emisiones WTW y fortalecer las medidas de eficiencia energética en los barcos, concluye el informe.