La integración del hidrógeno en el mix energético mundial no se está produciendo con la suficiente rapidez para cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París, afirma DNV, consultora independiente de asesoramiento energético con sede en Oslo, Noruega.
Basándose en la aceptación actual y prevista del hidrógeno, este tendrá una participación del 0,5% en el mix energético mundial en 2030 y del 5% en 2050, solo un tercio de lo necesario para alcanzar el nivel cero, afirma la empresa en su últimoinforme.
El hidrógeno, especialmente en sus formas gris y azul derivadas del gas natural ha sido muy controvertidos para la transición energética, pero el informe concluye que tendrán un papel importante en la descarbonización de las industrias que no pueden cambiar fácilmente a la electrificación.
El hidrógeno azul tendrá éxito a corto plazo y representará el 30% de la producción de hidrógeno en 2030, predice DNV, indicando que sustituirá al carbón y al gas natural en procesos como la producción de hierro y acero, pero solo hasta que la capacidad de las energías renovables aumente y la baja de precios permita la producción de hidrógeno verde a gran escala.
«El hidrógeno es esencial para descarbonizar los sectores que no pueden electrificarse, como la aviación, el sector marítimo y la fabricación de productos de alta temperatura, por lo que debería ser prioritario para estos sectores», dijo Remi Eriksen, CEO de DNV, en la presentación del informe.
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Más datos
Según DNV, el hidrógeno verde representará el 72% de la producción de hidrógeno en 2050, pero los 3.100 gigawatts (GW) de electricidad necesaria para alimentar la capacidad de los electrolizadores para esa cantidad es más del doble de la actual capacidad de generación instalada de energía eólica y solar a nivel mundial.
Por otra parte, estima que el gasto mundial en la producción de hidrógeno con fines energéticos de aquí a 2050 será de 6,8 billones de dólares, con un gasto adicional de 180.000 millones de dólares en conductos de hidrógeno y 530.000 millones de dólares en la construcción y explotación de terminales de amoníaco, prevé DNV.
Además, el informe indica que las consideraciones de costo llevarán a que más del 50% de las líneas de hidrógeno a nivel mundial sean reutilizados de los gasoductos de gas natural, llegando hasta el 80% en algunas regiones, ya que se prevé que el costo de de la construcción de nuevos gasoductos es de solo entre 10% y 35%.
Los oleoductos llevarán el hidrógeno entre países pero no entre continentes, y el comercio mundial de hidrógeno se enfrentará al costo de licuar el hidrógeno para su transporte, advierte la consultora.
El amoníaco es un derivado más estable del hidrógeno que será fácilmente transportable por barco y comercializado a nivel mundial. Sin embargo, a pesar de su importancia para descarbonizar el transporte pesado, como el marítimo y el aéreo, DNV prevé que no despegará hasta la década de 2030.
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Redacción | Antonio Vilela