Brasil dio un paso clave en la transición energética con la inauguración de la primera planta de hidrógeno verde a partir de bioetanol, desarrollada por la Universidad de São Paulo (USP) y el Research Center for Greenhouse Gas Innovation (RCGI).
Este avance tecnológico promete transformar la industria energética al aprovechar la infraestructura existente del bioetanol para producir hidrógeno de manera eficiente y sostenible.
El proyecto contó con una inversión de 50 millones de reales (aproximadamente 9 millones de dólares), financiada por un consorcio de empresas y entidades académicas. Entre los principales actores involucrados se encuentran Shell Brasil, Raízen, Hytron, SENAI CETIQT, y fabricantes como Toyota, Hyundai y Marcopolo.
La apuesta por el bioetanol como fuente de hidrógeno verde responde a la necesidad de superar los desafíos logísticos del hidrógeno puro, que requiere infraestructura especializada para su almacenamiento y transporte. En cambio, el bioetanol puede distribuirse utilizando redes ya existentes, lo que facilita su integración en el mercado energético.
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Funcionamiento de la planta
La tecnología utilizada en la planta se basa en el reformado de etanol con vapor, un proceso químico en el que el bioetanol reacciona con agua a altas temperaturas para liberar hidrógeno.
A diferencia de otros métodos, el dióxido de carbono (CO2) generado es de origen biogénico, lo que significa que puede ser compensado mediante el ciclo de cultivo de caña de azúcar, reduciendo el impacto ambiental.
La planta tiene una capacidad de producción de 100 kilos de hidrógeno por día, suficiente para abastecer tres autobuses y dos vehículos livianos, incluyendo modelos de hidrógeno como el Toyota Mirai y el Hyundai Nexo.
Además de alimentar el transporte público de São Paulo, los datos recolectados permitirán evaluar la eficiencia de conversión y consumo, abriendo el camino a futuras aplicaciones industriales.
Aplicaciones en movilidad y descarbonización industrial
El hidrógeno verde producido en esta planta no solo beneficiará el transporte público, sino que también tiene el potencial de descarbonizar sectores industriales de alta demanda energética, como el acero, el cemento, los fertilizantes y la petroquímica.
Según Julio Meneghini, director científico del RCGI, esta tecnología podría reducir significativamente las emisiones de carbono en estos sectores, acelerando la transición hacia una economía más sostenible.
Durante una visita oficial a la planta, el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, destacó que el estado tiene todas las condiciones para liderar la transición energética en Brasil.
Por su parte, el rector de la USP, Carlos Gilberto Carlotti Junior, subrayó el papel de la universidad en la creación de tecnologías disruptivas con impacto social.
Brasil: líder en innovación energética
El siguiente paso será escalar el proyecto y replicar el modelo en otras regiones. Los investigadores analizarán los resultados obtenidos para evaluar la viabilidad de una expansión comercial, con el objetivo de consolidar el hidrógeno verde a partir de bioetanol como una alternativa viable y competitiva en el mercado energético global.
Con esta iniciativa, Brasil refuerza su posición como un actor clave en la producción de hidrógeno verde, aprovechando su fuerte industria de bioetanol y su compromiso con la sostenibilidad. La combinación de energías renovables y agricultura sostenible podría convertir al país en un referente mundial en la transición energética.
Este desarrollo marca un hito en la evolución del hidrógeno verde y abre nuevas oportunidades para la integración de tecnologías limpias en distintos sectores.
A medida que el mundo avanza hacia una economía baja en carbono, Brasil demuestra que el bioetanol puede ser una pieza clave en la revolución energética global.