América Latina puede convertirse en una potencia mundial en la producción de hidrógeno a bajo costo como combustible limpio en sustitución de los de origen fósil, según el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Alfonso Blanco.
Durante una conferencia celebrada en Quito esta semana, ciudad sede de la organización, Blanco señaló la producción de hidrógeno verde como una de las grandes oportunidades de la región, según información de la agencia EFE.
El ejecutivo de origen uruguayo destacó que el 30% de la energía consumida en América Latina proviene de fuentes limpias y renovables, frente al 13% del promedio mundial, e indicó que la región tiene una ventaja para alcanzar la meta de cero emisiones, ya que cuenta con una mayor proporción de energías limpias y renovables en su matriz energética.
El dirigente de la OLADE afirmó que América Latina tiene una gran capacidad de almacenamiento y la posibilidad de producirlo a un precio mucho menor que otras regiones del mundo. «Es una gran oportunidad para LATAM».
«Las energías renovables son abundantes en América Latina y entran a través de los métodos de mercado sin necesidad de aplicar mecanismos de precios y otros instrumentos que hacen que los costos de la energía sean percibidos por los consumidores como elevados», comentó Blanco.
Región con potencial
Además de la OLADE, en la conferencia también participaron el embajador de Alemania en Ecuador, Philipp Schauer, y el director del Instituto Jackson para Asuntos Globales de la Universidad de Yale (Estados Unidos), Paul Simons, hasta hace poco subdirector de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
En su intervención, Schauer coincidió en destacar el potencial de América Latina para la producción de hidrógeno y recordó que el gobierno alemán está destinando unos 2.000 millones de euros fuera de su país a la creación de un mercado mundial de esta energía.
Por su parte, Simons destacó que es posible evitar el objetivo de que la temperatura media mundial aumente dos grados centígrados en 2050 si se cumplen todos los compromisos anunciados hasta ahora por los distintos países.
El especialista también se mostró escéptico por la gran demanda de minerales, como el cobre, el litio y las tierras raras que requieren nuevas tecnologías para abandonar las fuentes fósiles, materiales que están concentrados en pocos países y cuyo procesamiento prácticamente acapara China.
Los participantes coincidieron en que uno de los puntos en la región debe ser lograr una mayor integridad en los mercados energéticos del continente y alcanzar una producción de renovables que llegue al 70% de la matriz energética en 2030.
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Redacción | Antonio Vilela